MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
Es indiscutible que el examen de la esterilidad es un tema de pareja. Sin embargo, no parece que deba serlo tanto cuando todavía existen mujeres que acuden solas a la primera consulta. Y aunque resulta evidente que es indistintamente necesaria la colaboración de ambos cónyuges para la consecución de un embarazo, también aún hoy se piensa que la maternidad se vive sólo desde el punto de vista femenino y que el deseo de realización de la misma, es sólo cuestión de mujeres. Ni que decir tiene, que nada más lejos de la realidad. El hombre no solamente aporta los espermatozoides, que dotarán a la mitad el nuevo ser, sino que es imprescindible que el deseo de gestación sea compartido por ambos y se viva en común. De esta forma la pareja construirá los cimientos para el bienestar del recién nacido.
Al comienzo del estudio, se efectuarán «pruebas a los dos miembros de la pareja», con el fin de determinar donde se encuentra la alteración. Es conveniente aclarar desde el principio, que no existen «culpables». El hallazgo de cualquier tipo de alteración orientará al médico sobre la causa de la infertilidad. En ningún caso se trata de delimitar responsabilidades, volvemos a repetir: se trata de un tema de pareja.
La muestra de semen debe recogerse tras un «mínimo de 48 horas de abstinencia sexual», pero «no después de 8 días», preferiblemente por masturbación, ya que el coito interrumpido puede contaminar la muestra con secreciones vaginales, así como perderse parte de la misma. Igualmente, el uso de preservativos convencionales no está recomendado, ya que la mayoría contienen sustancias espermicidas que afectarían a la calidad espermática. No obstante, existen preservativos comercializados a tal efecto, en caso de que determinadas creencias (religiosas) impidan la masturbación, los cuales carecen de sustancias espermicidas.
Es conveniente «evitar las temperaturas extremas» (menos de 20º C y más de 40º C) durante el transporte de las muestras al laboratorio, «el intervalo entre el momento de la eyaculación y el análisis no debe ser nunca mayor de 45 minutos» y se debe de depositar la misma en un frasco estéril de boca ancha de los que venden en las farmacias para practicarse un análisis de orina.
Conviene analizar preferiblemente dos muestras de semen para una evaluación inicial. El intervalo entre las dos depende de circunstancias individuales, según cada caso, pero no debería ser menos de 7 días o más de tres meses. Si los resultados de estos dos análisis difieren considerablemente, hay que examinar otras muestras adicionales, ya que la producción de semen es frecuente que varíe en un mismo hombre.
(*) Unidad de Reproducción Policlínico San Carlos.