Como la mayoría de los descubrimientos de la humanidad, hasta hace algunas décadas, fueron casualidades mientras se buscaban otras cosas, muchos de ellos terminaron siendo, de un modo u otro, aplicados para el mal.
Algunas páginas web nos muestran aviones Jumbo habilitados con tanques para fumigar sabe Dios qué y mucho menos dónde.
Pero hay otras armas más poderosas y exterminadoras que las usadas en guerras o las preparadas por si una tercera guerra mundial se desatara.
En mi opinión hay dos líneas claras que ordenan nuestras vidas, la de las intrigas, los intereses de poder ligados a los económicos y la de la idiotez de quienes se creen muy listos.
Entre las dos, nos han estropeado el Planeta, nos están llevando hacia una civilización decadente hasta terminar desapareciendo sin más explicaciones como tantas otras antiguas civilizaciones de las que sólo quedan algunos restos pero ninguna señal aparente del motivo de su extinción.
Tal vez nos quedara la conquista de un Nuevo Mundo, aún existen en La Tierra algunos enormes territorios, pequeñas islas y desiertos de arena o hielo donde se podría empezar de nuevo.
La experiencia avala que es mejor «borrón y cuenta nueva» que andar remendando lo que está roto.
Hace unos días por la calle, alguien se sorprendió hasta casi el insulto cuando ambos reconocimos que «la cosa está muy mal» y yo dije: «…nosotros no lo vamos a arreglar…».
No sé qué pudo haber interpretado, pero que esta generación no lo arregla, podemos estar seguros.
El asunto es si la que le sigue está en condiciones de hacerlo.
Vamos hacia un Nuevo Mundo, hace cinco siglos, a pesar de las guerras, matanzas, exterminios, saqueos y otros varios, la cosa pintaba mejor que ahora, nuestro Nuevo Mundo tiene el culo muy sucio.