Cierto día un Rey dijo a su joven hija que ya estaba en edad de casarse y debía elegir un joven entre los de su reino para novio.
La Reina propuso que fuese un joven guapo, alegre, cariñoso y que demostrara querer mucho a su hija.
El Rey dijo que el candidato debería ser muy fuerte para luchar por su reino. 
La joven princesa pensó que lo mejor sería un joven que demostrara todas esas cosas, para ello llamó a su maestro y le pidió que encontrara el modo de seleccionar un joven así.
Unas semanas después el maestro le propuso a la princesa que convocara a todos los jóvenes del reino a una dura prueba de amor y fuerza, se trataba de pasar 365 días y sus correspondientes noches frente al castillo y a la intemperie, sufriendo calor, frío, soledad, angustia y hasta el abuso de los lugareños que tendrían permitido hacerles todo tipo de burlas y maldades.
Aceptada la prueba por la familia real, se convocó a una serie de candidatos dispuestos a hacer cualquier cosa por su amada.
Con el correr de los días, semanas y meses, se iban eliminando candidatos que por una u otra razón no llegaban al final de la prueba.
Finalmente, el último día sólo quedaba uno de los aspirantes a príncipe, guapo, alto, fuerte y evidentemente quería mucho a la princesa o no habría podido aguantar tanto tiempo una prueba tan dura.
La Princesa se acercó a ver quién era su ya casi prometido, al comprobar que era todo lo que sus padres querían y además lo que a ella le gustaba, se acercó un poco más y con voz dulce le dijo al joven que resistiera sólo una noche más y encantada sería su esposa.
Después de un par de horas de reflexión el joven juntó sus cosas y se retiró a su casa.
Una vez contó a su padre las palabras de la princesa que le hicieron desistir.
Su padre, atónito le preguntó la causa de su retiro cuando ya había pasado por tanta amargura, miseria, hambre sin contar las duras luchas con sus colegas por mantenerse en cierto lugar de privilegio a una sola noche de ganar su amor.
Padre, contestó el joven, si ella me amara de verdad, después de tantos días y tantas noches demostrando mi valía y mi amor, ella podía haber pensado un poquito en mi y cortar mi sufrimiento por una única noche que faltaba para el plazo propuesto.
