Paseando por el rastro

Guillermo_Ares_OpinionQué gran idea cambiar el rastro de sitio, hace un par de viernes, en Dénia, hubo muchísima gente que no disfrutó del habitual rastro de Torrequemada porque allí no había nada.

Muchos pensamos que por alguna razón, ya no había rastro, al menos ese viernes.

El viernes siguiente, encontré por casualidad un rastro en la calle La Vía, qué gran idea cambiarlo a un sitio más céntrico.

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Para el público en general ha sido mucho mejor porque o ha tenido que pagar zona azul para aparcar o ha caminado lo impensable desde el coche hasta el rastro.

Ambas cosas ampliamente beneficiosas, lo que se gasta en la zona azul no se gasta en compras absurdas de cosas viejas, beneficio del ahorro.

Quienes se marcaron la caminata han cumplido con la cuota diaria de ejercicio, ya no necesitaban caminar tanto por entre los puestos, así vieron menos, la tentación era menor y por tanto el gasto.

Razón por la que los puesteros estaban de gran sonrisa, dos puntos importantes para que la gente compre menos.

Pero, siempre hay un pero, esta vez, el rastro es mucho más pequeño, los puestos están muchísimo más amontonados, son menos y se ahorra un poco más ya que la oferta es menor.

Los puesteros felices, muchísimo más incómodo para aparcar las furgonetas, al estar los puestos unos encima de los otros, se pasa menos frío y hay más intimidad.

Ahora, los que están de verdad contentos son los vecinos.

Un conocido, camarero de la noche, estaba feliz, a las siete de la mañana empezaron los ruidos del montaje de los puestos, hacía tan sólo tres horas que se había acostado después de trabajar casi doce horas, cuando prefirió levantarse y pasearse por el rastro que se montaba debajo de su ventana.

Ni que decir de la música folk o los puestos con equipo amplificador poniendo a toda pastilla temas de manolo Escobar.

El público más feliz aún, los pasillos estrechos y el calor humano… muy cálido.

Mucho mejor así, en Torrequemada había demasiado aparcamiento gratis para el público, muchísimos más puestos con ofertas más variadas, muchísimo más espacio para caminar por entre los puestos y sin vecinos a los que jorobar con ruidos, gritos y música variada.

No todos están preparados para el éxito, será mejor pasar a ser un rastro pequeño, de esos a los que poca gente va, así los puesteros dejan de ir y el público se cambia a otros más adecuados dejando ningún atractivo para visitarnos.

Sin duda… mucho mejor.

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