Todos sabemos qué está pensando usted, pero no se engañe, doce mil millones sólo son una pequeña parte de los muchísimos miles que se pierden en este baile de millones y nadie dice nada.
Aquí todos barren para adentro, debemos salvar la banca ¿se ha preguntado para qué? 
Los ciudadanos de a pie no nos enteramos, las bancas salvadas repercuten en nuestra compra semanal, en el paro y las pensiones, en la salud y en la enfermedad.
Dice un científico español dedicado a la investigación y lucha contra el cáncer que esos doce mil millones perdidos en una mala gestión de banca hubiesen sido muy útiles en la investigación, aquello del I+D que tantos recortes ha sufrido hasta el punto de enviarnos a segunda división después de haber sido el número dos de Europa.
Pero no importa, esto no es la empresa privada pequeña, esto es pólvora ajena sin control ni albarán de entrega.
Si en este sector un gerente consigue que su empresa pierda doce mil millones en una operación, los accionistas de esa empresa votarían unánimemente el despido procedente y sin indemnización del amigo gerente.
Aquí nadie despide a nadie, usted, amiga/o lector (lector es genérico, no hace falta creer que es machismo, sólo es lenguaje), no vota para que se despida a los malos gestores.
Cierto es que tampoco hay relevo válido y nadie busca un nuevo gerente.
Así las cosas, entre los bailes de millones con los mal llamados deportistas ya que son profesionales (que pagamos entre todos cuando compramos productos cuyo precio está inflado para poder pagar la publicidad que finalmente paga a los chicos de veinte millones al año) y los errores humanos de nuestros dirigentes, la empresa está hundida en deudas y los accionistas seguimos pagando derramas con la boquita cerrada mientras vemos como unos pocos se siguen forrando y la mayoría cada día es más pobre.
¿Usted qué haría? ¿Usted qué hace?
