Ponga el despertador una hora más tarde

INÉS ROIG (*)

Los efectos secundarios de la falta de sueño van del deterioro de la piel a la falta de memoria, pasando por los kilos de más.

Dormir bien o mal influye en nuestra salud. Aparentemente, pocas cosas hay más fáciles que dejarnos caer en los brazos de Morfeo y, sin embargo, todos, en alguna fase de nuestras vidas, podemos padecer trastornos del sueño. A veces son evidentes (por ejemplo, no pegar ojo durante toda la noche); otras, no tanto: basta con despertarnos dos o tres veces para no consumar el descanso. Lo que denominamos sueño es la suma de diferentes fases, de entre 90 y 120 minutos, que se repiten a lo largo de la noche, y que, en conjunto, duran siete u ocho horas en adulto. Cuando no completamos esas fases de forma adecuada aparecen las malas sensaciones. Propósito de la semana: poner el despertador, una hora más tarde. Así evitará estos desagradables efectos secundarios de no dormir suficiente.

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1. Fomenta la torpeza y la desmemoria. Durante el sueño se consolidan la memoria, la atención y las funciones intelectuales; por tanto, la falta del mismo reduce nuestra agilidad mental. El sueño es un taller de reparación física y memorización. Dormir una hora menos de lo que necesitamos puede llegar a alterar un 10% la capacidad de concentración. Y esta consecuencia es acumulativa. Por eso notamos más la falta de sueño los últimos días de la semana.

2. Agria el carácter. Si el insomnio es continuado los efectos en nuestro carácter se agudizan. Desemboca en problemas de comportamiento, ansiedad, depresión… Los humanos podemos aguantar mucho tiempo sin comer, pero no sin dormir.

3. Engorda. En muchos casos, dormir mal implica comer mal. El desvelo produce una serie de estímulos que actúan sobre áreas del cerebro que tienen que ver con centros de recompensa, los cuales nos engañan a la hora de escoger determinados alimentos: elegimos aquellos con alto contenido energético, con mucha glucosa, como pasteles y bebidas azucaradas.

4. Afea nuestra piel. Durante la fase de sueño profundo se fabrica la hormona del crecimiento, responsable de la regeneración de la piel. Por eso las personas que duermen poco o mal tienen ojeras. Eso en el mejor de los casos. Una falta de descanso prolongada en el tiempo origina alteraciones cutáneas más serias: dermatitis atópica, dermatitis seborreica.

6. Altera el sistema cardiovascular. El insomnio persistente provoca cambios en el sistema que regula nuestras defensas. Algunos de estos cambios surgen a largo plazo, y pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

(*) Farmacéutica

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