La frase Nadie es profeta en su tierra se refiere a la idea que las personas, a menudo, no son apreciadas o reconocidas en su lugar de origen y, en cambio, si son respetadas y admiradas en otros lugares. Parece que este proverbio es un antiguo dicho que ha existido durante siglos. Se cree que la frase se originó en la Biblia, texto donde se hace referencia a Jesús como profeta que no fue aceptado por su pueblo. Ahora bien, hay, como en otras muchas cosas, excepciones. Y en Benissa tenemos una prueba fehaciente en la figura de Pepe Ciudad Ivars. La corporación municipal, reunida en sesión plenaria de 24 de septiembre de 2024, decidió, por unanimidad, otorgarle, a título póstumo, la Medalla al Mérito Cultural por su trayectoria y contribución al fomento, desarrollo y difusión de la música en Benissa y por el amor en su pueblo y a su gente.
Un acuerdo que se hizo realidad la semana pasada en un sencillo pero emotivo acto de homenaje en un Salón Cultural lleno hasta los topes. Magda, la mujer de Pepe Ciudad, recibió la medalla de manos del alcalde, Arturo Poquet. En su intervención, Poquet dijo que “hoy no solo reconocemos el músico, el compositor, el director o el promotor cultural. Hoy honramos también la buena persona, el padre, el abuelo, el amigo, el vecino estimado por todos. Una persona que ha dejado una huella profunda e imborrable en el corazón de nuestro pueblo”.
Pepe Ciudad Ivars murió el 28 de agosto de 2024 y fue un hombre con una larga trayectoria en varias agrupaciones musicales de Benissa, Teulada y otras localidades de la Marina Alta. Desde muy joven se formó en la banda de música y en 1975 empezaba a ejercer, requerido por el maestro Bertomeu, como ayudante de la escuela de educandos de la misma banda. Posteriormente, formaría parte del claustro de profesores de la primera Escuela de Música, creada por la Sociedad Lírica y Musical de Benissa en 1978. Nunca dejó de aprender ni de compartir y, de hecho, profundizó sus estudios en los conservatorios de València y Alicante. Desde 1986 hasta 1989, Ciudad dirige la Coral Benissenca, con la cual participa en varios certámenes nacionales y realiza una gira por Alemania. Después, se hace cargo de la dirección de la Coral Teuladina y lo compagina también con la de la Coral Serrillàs de Gata de Gorgos. Y desde 2008 fue el organista titular de la iglesia parroquial de su pueblo.

Como compositor, Pepe Ciudad es el autor del Himno a San Pedro apóstol, considerado como el oficial de las fiestas de moros y cristianos de Benissa, y también el dedicado a Sant Antoni de Padua, patrón del barrio donde residía. Además, editó la revista de fiestas del barrio de Sant Antoni de 1978 a 1987 y fundó un grupo de teatro con repertorio de autores clásicos valencianos. A todo ello hay que sumar su tarea en la hora de recopilar toda clase de folletos, fotografías y documentos de temática musical sobre Benissa.
Un hombre, Pepe Ciudad, que, según dijo el alcalde, “tuvo una vocación altruista, que dedicó su tiempo, su alma y su talento a hacer cultura, a hacer pueblo”. No dejó de tocar el órgano de la iglesia hasta pocas semanas antes de ponerse enfermo. Por todo esto, “nos dejó música pero, sobre todo, nos dejó memoria, ejemplo y una manera de entender la vida muy especial, siempre con humildad, con pasión y con generosidad”, en palabras de Poquet. “Un ciudadano ejemplar”, continuó, “persona apacible, de trato amable, sencillo y bondadoso, con una sensibilidad musical sublime pero también con una mirada humana, capaz de entender que la cultura no es solo arte, sino también servicio en la comunidad”.
El homenaje acabó como hacía falta y era menester, con música. Y lo hizo de la mano de la Coral Teuladina, una de las formaciones que dirigió Pepe Ciudad durante un puñado de años.