Verónica Monsonís (*)
Dentro de las actividades que proponemos a la persona que llega a terapia, quiero hacer mención especial hoy a lo que llamamos el modelo A-B-C de la Terapia Cognitiva.
La Terapia Cognitiva es la herramienta psicológica que utilizamos para cambiar nuestros pensamientos negativos. Consiste en «llegar a la conclusión» a partir de unos criterios, sobre si lo que pensamos (negativamente) es cierto o no lo es. Para ello, antes de adentrarnos en cómo hacer cambiar esos pensamientos negativos a otros alternativos, es necesario entender el Modelo A-B-C del que hablaré hoy.
Este modelo nos muestra cómo los pensamientos influyen directamente sobre lo que sentimos y por lo tanto sobre nuestra manera de actuar.
Por ejemplo, si ante una situación de «dar una conferencia «, pienso que «no seré capaz, me quedaré en blanco… No sabré qué decir, no les interesará el tema…», mis emociones no serán otras que «nerviosismo-ansiedad elevada, desmotivación, incertidumbre, miedo…», y por lo tanto, mi manera de actuar vendrá condicionada por ello: «posiblemente tartamudee, tenga un nivel de ansiedad extrema que me incapacite para hacer frente a la situación a la que me enfrento».
Resumiendo, mis pensamientos son una interpretación de la situación que vivo o que voy a vivir, y que según sean positivos o negativos, harán que yo tenga unas emociones también más o menos positivas, y al mismo tiempo me harán actuar de una determinada manera.
Muchas veces anticipamos tanto que «parece que se cumpla» lo que «predecimos»; sin ser conscientes de que nosotros mismos somos precursores y con nuestros pensamientos negativos hacemos que «sí se cumpla» lo que decimos con anterioridad.
Nuestros pensamientos generan emociones:
Si pensamos que obtendremos un buen resultado, sentiremos emociones positivas que nos motivarán para emprender acciones encaminadas a conseguirlo.
Si imaginamos un final catastrófico, es posible que nos sintamos tristes e incapaces y nos desmotivará para llevar a cabo no-acciones o tomaremos aquellas alternativas menos adecuadas para afrontarlas.