La Concejalía de Patrimonio edita el libro-catálogo de la pintora Carmen Server
La presentación del libro-catálogo Carmen Server. La diversitat del pinzell ha confirmado la apuesta de la Concejalía de Patrimonio de Pego por intentar perpetuar el legado de los artistas pegolinos más destacados mediante la edición de la colección Raigs de llum.
La iniciativa, coordinada desde el Archivo Municipal, ha sido justificada por la responsable del área, Laura Castellà, en aras de que “lo que queda escrito no se lo lleva el viento”.

El acto fue presentado en primera instancia por la profesora Xaro Tomás Estalrich, quien evocó la elegancia cautivadora de la figura de la pintora para subrayar que “nos invita a mirar más allá de la forma y del color, a adentrarnos en su mirada y a descubrir la belleza que se esconde en los detalles”.
Asimismo, hizo hincapié en la faceta docente de la pintora, que, a partir de la exitosa exposición de 2001, la llevó a ejercer como formadora en el CEAM durante doce años. Etapa que, subraya, es recordada por la protagonista como una de las más plenas de su vida, ya que, además de dedicarse a pintar y compartir los conocimientos adquiridos, le dio la posibilidad de verse rodeada de personas que, como ella, adoraban el mundo del arte.

En ese sentido, según expresó ante el numeroso público congregado en la presentación en el salón de actos de la Casa de Cultura, ambientada con una selección de las obras más emblemáticas de la pintora, “hoy no solo presentamos la publicación de un libro, sino también la trayectoria de una mujer exigente, perfeccionista, constante y exquisita, que ha sabido hacer de la pintura un reflejo de su sensibilidad y de la capacidad que tiene para transformar sentimientos en arte”.
“LA DIVERSITAT DEL PINZELL”
Por su parte, Fernando Alemany se centró en el plano humano de la protagonista de un volumen estructurado en torno a un apartado de infancia y juventud; Pego, el campanario y otros paisajes; pintura al óleo —retratos, cuadros de temática taurina, representación de escenas animales y de caza, bodegones, imágenes rústicas, marinas, abstracciones, representación de flores en estilo postimpresionista—; técnicas diversas —pouring, patchwork—; meninas e incursiones en otras disciplinas plásticas como la escultura, la cerámica y el socarrat; exposiciones, prensa —apartado integrado en su práctica totalidad por reportajes publicados en CANFALI MARINA ALTA— y enseñanza; además de una galería de imágenes familiares que integran el círculo más cercano de la artista.
En especial, destacó la innata creatividad demostrada en un primer momento en el gremio de la peluquería y, al final, canalizada hacia el desarrollo de las artes plásticas. Estas últimas, con los consejos del licenciado en Bellas Artes Rafel Ruiz, quien desde el local de referencia del mundo del arte en Pego, que en los años ochenta era la tienda El Niuet, según afirma, “ha sido el principal impulsor de la cultura en Pego, pese a no haber sido reconocido”.
HIPERREALISMO EN SEPIA
Desde ese punto, enmarcó la trayectoria de Carmen Server en un perfeccionismo “que la lleva a soportar horas de silencio frente al lienzo, luchando contra el miedo del primer trazo y contra la tentación que muchas veces pasa por la cabeza de abandonar la obra, porque aprende que no todo será inspiración, sino en ocasiones frustración y la disciplina de corregir, borrar y volver a mezclar colores hasta encontrar la tonalidad justa”. Con todo ello, destacó la versatilidad y constancia de la autora para subrayar que “cada obra suya lleva en sí un estudio profundo y fragmentos de alma, porque es para ella un refugio cuando los días se vuelven grises y sabe que será memoria cuando no quede nadie que pueda contarla”.

Por su parte, la veterana pintora ha agradecido la sensibilidad de los responsables del Ayuntamiento por poner en valor su extensa obra, la labor del archivero Joan Miquel Almela por coordinar el volumen que la recoge, el cual ha quedado complementado con artículos de la mencionada Tomás Estalrich, de la doctora en Filología Hispánica Carmen Alemany Bay y del redactor de este periódico, J. J. Mas.







