La Real Academia Española de la Lengua incorpora año tras año nuevas palabras al idioma castellano porque han sido admitidas por el pueblo dentro de su día a día.
Así el diccionario muestra más de una palabrota como válida dentro del idioma cuando antes era incorrecta.
Este hecho sucede porque los responsables miembros de la RAE están en activo permanente con el idioma que es lo que les ocupa.
Ellos investigan los dichos populares, expresiones, palabras y todo aquello que tenga que ver con la lengua para decidir si por ser muy usada a pie de calle se deben o pueden incorporar al diccionario.
No deja de ser una excelente idea a copiar en temas como la circulación del tráfico, a diario podemos observar señales que no se respetan porque parecen totalmente innecesarias o incómodas para el tráfico rodado.
Algunos giros a la izquierda están prohibidos por prohibir algo más, los que andamos por la calle a diario no los respetamos y no ocurre nada porque para nada sirven.
Lugares donde está prohibido aparcar, siempre hay un coche aparcado y tampoco pasa nada.
Estas soluciones populares hacen más fluida la circulación, ayudan a evitar el caos y dan soluciones a pie de calle que los de despacho no ven porque no están a pie de calle.
Si quienes tienen la responsabilidad de organizarnos la vida rodada condujesen sus propios coches a diario sin la licencia para matar que les dan sus cargos, seguramente verían estas alternativas populares y harían algo por ayudar a los ciudadanos a circular de forma más ágil.
Otra vez la falta de empatía, de experiencia de campo y el exceso de teoría de despacho, que es más cómodo y no se ve tanto si se asiste o no todo el tiempo por el que se les contrata.
¿Habrá un modo de que comprendan que somos «el pueblo» quienes les contrata y paga sus nóminas?