Escupir hacia arriba suele traer como consecuencia ensuciarse la cara. No debieron caer en esto las populares dianenses cuando se apresuraron a vaticinar un desastre turístico sin precedentes como consecuencia de las obras en verano. Crearon su particular teoría del caos y les salió el tiro por la culata.
La realidad ha sido bien distinta al acabose que aseguraron que tendría lugar. Los datos confirman que este ejercicio de sol y playa está siendo igual o mejor que el anterior. Las previsiones para este mes no parece que nos indiquen ningún desastre, a no ser que los que han venido en julio prescriban a sus amigos que no vengan. Algo que, palabras textuales, es lo que desde el PP adelantaron que iba a pasar. 
Yo no creo en las meigas, pero haberlas, haylas. Esperemos que no sea el caso de las concejalas. De momento, no parece que así sea.
(*) Periodista.
