Creo que he borrado las letras del teclado de mi ordenador escribiendo sobre este tema, pero la semana pasada vuelve a mi cabecita loca el horror de tantas muertes inútiles a causa de tanto inútil.
Si dejamos de lado al Señor, ese que para muchos es la gran excusa de todo lo que ocurre en este planeta y al destino, otro irremediable causante, nos encontramos con que tal vez y sólo tal vez, podríamos evitar más de un accidente y algunos muertos. 
La gran pregunta es por qué razón hay tantas normas y homologaciones sobre vehículos para que puedan rodar por carreteras e incluso ciudades si después vienen los de las máquinas excavadoras, los tractores y hasta los cochecitos sin carné y cómo no, los ciclistas saltándose a la torera todos los artículos de las normativas vigentes.
¿Dónde están los parachoques a la altura homologada en los tractores y otras maquinarias?
Si nos damos contra un tractor, de frente, atrás o perfil, nuestro vehículo está en absoluta inferioridad de condiciones, terminaremos con la cara contra una pared de hierro.
Esta mañana me adelantó por Las Marinas un cochecito sin carné, con línea continua y a más de la velocidad permitida, por eso el señor no aprueba para sacarse el carné.
Volviendo a la maquinaria agrícola o de grandes obras, deberían atenerse a unas normas especialmente pensadas para su circulación, pero también es indispensable que a sus fabricantes les obliguen a mantener en el diseño las mismas normas que a los automóviles, algo así como para jugar con las mismas reglas.
Lo de los coches sin carné, siempre me pregunté cual es la diferencia entre circular con un Focus o con una de estas latas de sardina con motor, si al final las normas de circulación son las que hay que aprenderse y, si no se es capaz de dominar un coche normal, no hay carné… sí, muchos problemas solucionados.
¿Será otra vez una cuestión de intereses económicos o de ineptitud de quienes legislan?
