Los adjetivos posesivos son de dos tipos: los que se colocan antes y después del sustantivo.
«Ella es MI hermana» «esa casa es mía», dos modos muy diferentes de mostrar la posesión sobre una persona o cosa.
Algo que parece ser que muchos hombres y algunas pocas mujeres aún no tienen claro es la esencia de esta regla gramatical aplicada a la vida real.
El hecho de indicar a alguien que aquella mujer es MI esposa, pareja, novia, no significa de ningún modo que sea MÍA.
Algo que habría que explicar en las aulas y muy especialmente en cada casa, es esta sutil diferencia.
Entre MI y MÍA puede haber un asesinato.
Otra vez el poder hace de las suyas en las mentes privilegiadas de cráneos huecos que creen que poseer es símbolo de riqueza, hombría y cómo no, ese tan deseado e inalcanzable poder.
Si en la mesa de un buen bebedor molesta tanto un borracho como un abstemio, en la relación mujer-hombre también debe mantenerse el equilibrio natural de la conquista diaria «en pareja», es decir, con la misma intensidad por ambas partes.
Nunca somos de alguien sino que nuestra dedicación puede estar orientada hacia ese alguien, nacemos libres y así debemos seguir durante la travesía de la vida, podemos unirnos pero jamás equivocarnos en el uso del MI y MÍA o MÍO.
En muchos casos ese ciego llamado amor hace que algunas mujeres no crean que su pareja sea un descerebrado, alguna vez le admiraron, le quisieron tanto como para darle hijos, un acto que debiera entenderse como la mayor entrega de confianza que una mujer puede otorgar a un hombre.
Ese hombre, que alguna vez pareció único, tomó a aquella mujer como quien compra una moto, esa moto es mía, la uso cuando quiero, la aparco donde quiero, la rompo cuando quiero, me deshago de ella cuando quiero.
Generalmente el hombre es educado para competir, desde que el mundo es mundo el poder de la fuerza se usa hasta en las Olimpíadas, una combinación explosiva muy dañina, física y psíquica, «es MÍA porque soy más fuerte».
Hoy, festejamos el día internacional de la mujer, ayer, el ocho de marzo, mañana y todos los días del año, de este año, de los que vendrán, todos son el día de la mujer.
Mujer, no seas extremista, disfruta del hombre, juntos hagan realidad aquello de «lo cortés no quita lo valiente», deja que te conquiste día a día mientras le conquistas día a día.
No es machista cuidar del otro, mimarle, quererle y demostrárselo, simplemente es un modo natural de convivir.
Respétate a ti misma/o para recibir el respeto de los demás.