Mi querida España. ¿Qué te han hecho?

Guillermo_Ares_Opinion

Mi abuelo nació en Ares, un pequeño pueblo sobre la Ría de Ares en Galicia, a sus 12 años viajó a Buenos Aires donde conoció a mi abuela, una malagueña también emigrante de familia trabajadora.

Ambos formaban parte de los dos millones y medio de españoles que vivían en Argentina en los años 70, ellos nos inculcaron algunos valores que aplicaban por allí.

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Siempre defendí que si bien los argentinos que vinieron a España en los 70/80 se encargaron de empeorar todo lo que pudieron la imagen de gandules, estafadores y vividores, los españoles que inundaron Argentina eran humildes, sin estudios, de pueblo, pero honestos y trabajadores como nadie.

Jamás he leído ninguna mala noticia en la que hubiese un español residente involucrado.

Todos sabemos cómo está Argentina y Latinoamérica en general, robos, atracos, estafas, corrupción en las fuerzas del orden, en la política, inseguridad ciudadana y algunas cosas más terribles aún como la falta de motivación de los jóvenes para estudiar porque tienen que salir prácticamente a robar para poder comer.

Eso es la crisis, no sólo económica sino global de un Continente que ya podemos ir tomando como ejemplo o rumbo hacia dónde vamos como así sigamos.

¿Qué pasó con aquellas caminatas en las madrugadas madrileñas con mi perra, en las que nunca se me ocurrió pensar que podrían asaltarme?

¿Dónde quedó aquello de dejar el coche abierto con una cámara de fotos importante sobre el asiento delantero sin temor a que nadie se quede con lo que no es suyo?

¿Dónde está la confianza en los políticos y las instituciones?

Hoy resulta que quienes cuidan los derechos de los autores, poetas y músicos que llenan de pasión nuestras almas con sus «desinteresados» frutos de sus privilegiados talentos, son auténticos chorizos que se suman a la charcutería que se ha convertido España gracias a la enorme cantidad de embutidos que hoy se exponen en el escaparate.

Tal vez y sólo tal vez, antes era igual, sólo que ahora hay más libertad de prensa y la comunicación es más rápida.

Lo que sé es que en el 74 llegué a una España pícara pero inocente, hoy nada queda de aquello, esto se parece cada vez más a los países que tanto hemos criticado y a sus gentes que tanto hemos despreciado.

¿Habrá tiempo para corregir o terminaremos definitivamente sin nada que nos diferencie de los demás?

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