Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
Más del 25% de las mujeres embarazadas en España fuman, un hecho que provoca que el 35 % de los recién nacidos tenga un peso bajo y que el 11 % nazca de manera prematura a consecuencia de este consumo. Además, diversos estudios científicos están demostrando que el tabaco es un factor de riesgo para algunas malformaciones como, por ejemplo, el labio leporino y la fisura de paladar.
Asimismo, el tabaquismo materno durante la gestación es también un factor de riesgo para enfermedades que aparecerán más tarde en la vida. En concreto, numerosos trabajos lo han ligado al asma, a sibilancias recurrentes durante los primeros años de vida, a formas más graves de bronquiolitis aguda, a una peor función pulmonar -ya desde los primeros meses de vida-, a obesidad en la infancia e, incluso, aumento del colesterol entre los 5 y 19 años.
Un estudio de la Universidad de Zaragoza publicado en «Early Human Development», revela que los hijos de madre fumadoras pesan hasta 230 gramos menos que los de las madres que no fuman. Dada la escasa bibliografía encontrada al respecto, era necesario evaluar la repercusión del tabaco en la composición corporal de los recién nacidos de mujeres que habían fumado durante la gestación, explica Gerardo Rodríguez, autor principal del artículo.
El consumo de tabaco durante el embarazo implica una reducción generalizada de la mayoría de los parámetros, como resultado de un deterioro del crecimiento fetal. Los recién nacidos de las mujeres que fumaron durante la gestación son más pequeños y tienen menos compartimento graso subcutáneo.
Los primeros indicios de las consecuencias del ‘tabaquismo pasivo’ para la salud aparecieron a principios de los años setenta, cuando se empezaron a publicar trabajos en los que se constataba el riesgo de inhalar ‘humo ambiental de tabaco’ en no fumadores con enfermedad respiratoria o cardiaca y también en niños cuyos padres eran fumadores.
En 1981, la revista «British Medical Journal» publicó un trabajo del epidemiólogo Hirayama que establecía por primera vez el incremento del riesgo de padecer un cáncer de pulmón para el fumador pasivo. Hirayama había estudiado durante 14 años una muestra de mujeres no fumadoras que convivían con fumadores. Durante los siguientes años, se sucedieron las publicaciones para relacionarlo con otras patologías.
Por ello, la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, ha hecho un llamamiento para erradicar el consumo del tabaco y minimizar los efectos letales que conlleva entre las mujeres en los periodos de gestación.
Por este motivo, insisten en dar a conocer las graves consecuencias y riesgos del tabaquismo durante la gestación. Para ello es necesario la información y educación a la población por parte de las Administraciones, la difusión de mensajes en las recetas por parte de la Sociedad y la enfatización de la importancia de la salud en las nuevas generaciones, se dará mayor consciencia y se limitará drásticamente el consumo de tabaco.
(*) Especialista en Obstetricida y Ginecología.