El diccionario dice que es unisex, sólo que la sociedad adoptó identificar a un hombre como homosexual y a una mujer como lesbiana, ambas opciones son válidas.
Desde hace unos pocos años España es uno de los también pocos países del mundo que aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un poco antes se puso de moda «salir del armario» traducido en el complicadísimo hecho de hacer pública la homosexualidad de tanta gente que durante años la ocultaba casi por necesidad.
Algunos descubrieron que era un punto morboso para la audiencia televisiva y las revistas del corazón, así surgieron como hongos docenas de artistas, presentadores (de pacotilla, casi todos) y en general, homosexuales de la farándula que hasta hicieron de su boda hombre con hombre un estandarte y obviamente un excelente negocio, no así las de mujer con mujer.
Desde tiempos milenarios, griegos, romanos y más contemporáneos algunos pintores, músicos, escritores… gente notoria, pero, siempre hay un pero, casi con toda seguridad, todos hombres.
En la historia de la humanidad es insignificante el espacio dedicado a alguna escondidísima relación lesbiana comparado con los chorros de tinta que han generado las miles de relaciones homosexuales entre hombres conocidas.
Más curioso aún es acercarnos a nuestros días, hoy que ya se pueden casar, hoy que ya nadie se escandaliza porque un presentador hable de su esposo, marido, novio o se refiera a «mi pareja» aclarando rápidamente que es un varón, casi no se habla de cuántas mujeres famosas son lesbianas.
Me pregunto si es que hay menos mujeres que hombres homosexuales, o será tal vez y sólo tal vez, que aún se tiene algo de falso y equivocadísimo pudor a la hora de reconocer y hacer pública una relación lésbica.
Nadie baja la voz si hay que encasillar a una personalidad como hombre homosexual, pero todos la bajan o callan una relación entre lesbianas si de alguien famosa se trata, especialmente si se mueve en el entorno de la política o cualquier cosa que no tenga que ver con el corazón rosa.
De parte de una lesbiana consultada para estas líneas, un mensajito a la mayoría de los hombres heteros: cuando conozcan a una lesbiana, no le pregunten si tiene alguna amiga para hacer un trío.