El Hospital HLA San Carlos explica que no sólo es una forma mejor de alimentación en los primeros meses de vida, sino también un aliado en la recuperación de la mujer después del parto.
La lactancia materna es un proceso natural que aporta beneficios tanto al recién nacido como a la madre. Desde el punto de vista ginecológico se reconoce su importancia no sólo como la mejor forma de alimentación en los primeros meses de vida, sino también como un aliado en la recuperación de la mujer después del parto. Una vez que el bebé nace y la placenta se desprende, el cuerpo materno experimenta una serie de cambios hormonales. La prolactina estimula la producción de leche, mientras que la oxitocina facilita su salida y al mismo tiempo provoca la contracción del útero, ayudando a que vuelva a su tamaño natural y disminuyendo el riesgo de hemorragias.
Cristina Rojo, especialista en ginecología del Hospital HLA San Carlos explica que, “amamantar no sólo fortalece el vínculo emocional entre madre e hijo, también ofrece ventajas claras para la salud de la mujer. Contribuye a reducir el sangrado puerperal, favoreciendo una recuperación postparto más rápida y, al retrasar el regreso de la ovulación, facilita también el adecuado espaciamiento entre embarazos. Existe evidencia científica que respalda el papel de la lactancia materna en la disminución del riesgo de cáncer de mama y ovario, diabetes tipo 2, hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares”.
“No obstante, la lactancia no siempre es un camino sencillo. Algunas mujeres experimentan dificultades como dolor en los pezones, grietas o infecciones en los senos que pueden generar incomodidad y desánimo. En estos casos, el acompañamiento médico resulta fundamental para resolver complicaciones, orientar en técnicas adecuadas y brindar apoyo emocional, ya que la confianza y la tranquilidad de la madre son determinantes para el éxito de este proceso”, añade la especialista.
Más allá de lo biológico, la lactancia materna tiene un gran componente afectivo. La succión del bebé estimula la liberación de oxitocina, una hormona vinculada al bienestar, que fortalece el lazo madre e hijo y contribuye a disminuir el riesgo de depresión postparto. Así, la lactancia se convierte en una experiencia integral que abarca la nutrición, la recuperación física y el bienestar emocional.
La lactancia materna reporta importantes beneficios para la salud de la madre y el hijo. Desde la perspectiva ginecológica, se trata de un proceso fisiológico que no sólo asegura la adecuada alimentación del recién nacido, sino que también favorece la recuperación de la mujer y la protege frente a diversas enfermedades. Por otra parte, la decisión de la mujer de optar por lactancia artificial, ya se deba a motivos médicos o psicosociales debe ser respetada. Cada madre merece contar con información clara, acompañamiento médico y apoyo emocional para vivir esta etapa de manera plena y consciente, respetando siempre sus tiempos y decisiones.