Libros que recuperan silencios

Memoria y Futuro presenta dos proyectos aplicados en el aula que facilitan el aprendizaje de una historia nunca contada

Hay cosas que se ocultan, se callan o se tergiversan. No es una actuación inocente. Todo tiene un porqué y hay un interés detrás. Ochenta y seis años después del triunfo del golpe de estado y el inicio de un represión traumática, que todavía hace daño, y 50 desde la muerte del dictador, la guerra civil española y sus consecuencias se tratan de puntillas en las clases de historia en las escuelas y los institutos. Si es que se tratan. Ocurre algo pareciendo con la segunda República, un tiempo de apertura y de conquistas sociales que pronto se verían segadas. O con la figura y la participación de los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial.

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Con el objetivo de recuperar estos temas, silenciados y olvidados pero también muchas veces tergiversados, se han puesto en marcha varias iniciativas dentro del aula que han dado magníficos frutos. El afán no es otro que enseñar, que es la función principal de la escuela, educar en valores y facilitar el aprendizaje. En este caso recuperando la memoria, dando voz a quienes fueron obligados a callar y, a la vez, despertando el espíritu crítico del alumnado. Porque si algo más tenemos que llevarnos de la escuela es haber aprendido a pensar.

Testigos orales
Lecciones robadas es un libro que ha nacido del sí de la escuela. Luis Vivas Ramos, profesor de historia en un instituto valenciano, lo presenta como un libro que cualquier profesor podría recomendar al alumnado para saber sobre todas estas cuestiones. No ha llegado todavía a las aulas. Puede ser por falta de implicación de los centros o de los gobiernos en el diseño de los planes de estudios o porque algunos no están porque se hable de esas cuestiones.
“No hay libros de apoyo a la historia del siglo XX que puedas recomendar en clase”, explicaba en la Biblioteca de Dénia Vivas Ramos en uno de los actos de las jornadas Memoria y Futuro de memoria democrácita. Añadía que según editoriales, según centros y según docentes esas cuestiones se abordan o no a lo largo del curso y de una manera o de otra. Muchas veces, insistía, todavía con miedo.


Así que, dos años después de haber puesto en marcha un proyecto con su alumnado de la ESO y haber publicado Lecciones de nuestros abuelos y abuelas, propuso a sus exalumnos emprender una aventura más ambiciosa. Para documentarse, se pusieron en contacto con voces expertas, hicieron entrevistas y recopilaron información. Son esas voces y una buena documentación el cimiento de Lecciones robadas, el segundo libro, “donde no analizamos los dos supuestos bandos sino que nos posicionamos junto a la democracia, los derechos humanos y la solidaridad”.


En el libro, que analiza los hechos ocurridos desde la segunda República hasta la transición y la actualidad, participaron 22 exalumnos, tantos como capítulos tiene. Al final de cada uno aparece un código QR con el que se pueden escuchar las entrevistas a las personas expertas entrevistadas. Para ilustrarlo, el dibujante de cómicos Carlos Giménez cedió algunas viñetas -las otras las hizo una alumna- y el grupo formado por Pedro Pastor y los locos descalzos le puso la banda sonora.


El libro es fruto de un proyecto, Libros con memoria, que rompe con la forma tradicional de enseñar o de aprender. El primero fue Lecciones de nuestro abuelos y abuelas y se planteaba como una metodología de trabajo intergeneracional para que el alumnado aprendiera preguntando a sus antepasados. Su base son las fuentes orales y el trabajo de los estudiantes es tan variado como hacer de periodistas, documentarse y recuperar o elaborar material gráfico, por ejemplo. El proyecto trabaja los valores, las emociones y los sentimientos, precisaba el profesor de historia, y tiene además un componente social o solidario, de retorno a la sociedad. Los beneficios se destinan a las familias afectadas por la dana.


Vivas Ramos está seguro de que el alumnado que ha participado en esta experiencia no olvidará nunca lo que ha aprendido, como tampoco lo hará el alumnado del IES de Teulada que participa en los proyectos sobre memoria democrática que coordina el profesor Manu Farpón, jefe del departamento de Geografía e Historia del centro.

Los deportados
Pese a la falta de apoyo institucional que ha sufrido el proyecto de Teulada en algún momento, el alumnado del instituto lleva ya algunos años trabajando estas cuestiones. En estos momentos tiene abiertas varias líneas de actuación: un documental con testigos de la represión de guerra y las deportaciones; un trabajo sobre la represión de guerra centrado en el municipio; y otro sobre la represión femenina, un tema bastante desconocido. Manu Farpón añade sobre este último asunto que “no puede haber memoria democrática sin la visualización de la mujer”. Aunque han pasado muchos años desde la instauración de la democracia, destaca que continúa habiendo dificultado para encontrar fuentes orales que cuentan historias de la represión.

En la Biblioteca de Dénia, el IES de Teulada presentaba Una historia incómoda. Memoria de los vencidos: los deportados republicanos de la Marina Alta en Mauthausen y Gusen. El libro es fruto de un proyecto para entender la historia desde el punto de vista de los vencidos, explicaba el profesor Iván Martínez, “para recuperar la historia de los que sufrieron la barbarie y dignificar a aquellos que lucharon por la libertad y la democracia”.


El alumnado que ha trabajado en el proyecto presenta, a través de fichas, textos, gráficos e imágenes, la historia de los 18 deportados de la Marina Alta en los campos de concentración y exterminio de Mauthausen y Gusen (Austria) . La mayoría serían asesinados por los nazis.


Cómo decía Martínez, el proyecto ha sido necesario a la vez que incómodo por el fantasma de los miedos, cuando en una sociedad sana, añadía, “nadie se tiene que sentir heredero del pasado ni de actuaciones que van contra los derechos sociales”.


Abel Noguera, que junto con Pau Buigues son los dos alumnos que han coordinado el libro, explicó el método de trabajo, “deconstruyendo la historia para reconstruirla” y teniendo claro que la historia que conozcamos la habían escrito los vencidos. Se han apoyado en los archivos PARES y Arolsen y los libros que se han escrito sobre los campos de concentración, han incluido mapas de elaboración propia, gráficas e ilustraciones, obra de Marc Català, y han hecho también un podcast. El resultado, un trabajo de 90 páginas elaborado con materiales propios que el joven estudiando ha definido como “la experiencia de nuestra vida académica”.


El libro ha sido elaborado en memoria de los 18 deportados de la Marina Alta, el nombre y apellidos de los cuales quedan recogidos en sus páginas. Como los demás republicanos que lucharon por la libertad enviados a los campos de concentración alemanes, recordaba, fueron abandonados y olvidados por los gobiernos francés y español y no fue hasta el año 2007 cuando se hizo la primera ley de memoria histórica. “Cuando las instituciones olvidan lo que ha pasado”, añadía, “la educación es clave”.


En el acto intervino también Tina Guillem, cofundadora del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), represaliada y defensora de los derechos humanos, quien remarcó la importancia y el valor educativo de los testigos orales. La suya fue una familia comprometida y duramente represaliada y la suya, una historia de lucha. Advirtió del intento de los golpistas para borrar la impronta de sus crímenes, del uso de un lenguaje determinado para blanquear los hechos que continúa utilizándose hoy en día y de la destrucción de la memoria colectiva de la España republicana con los silencios, el miedo y la tergiversación de lo sucedido.

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