Las nuevas restricciones empañan el inicio de una temporada que arrancó con muy buenas expectativas

Lleno en playas, restaurantes y alojamientos turísticos con cifras que superan las de años anteriores

 

Buen comienzo para un verano con muchos interrogantes. La llegada del mes de julio confirmó lo que ya se veía venir: lleno en las playas, en las carreteras, en restaurantes, hoteles y otros alojamientos turísticos. Si junio fue un buen mes, las expectativas para los meses siguientes eran todavía mejores. Se hablaba de cifras que superaban ya las de años anteriores, cuando no había pandemia. La cosa pintaba bien, mejor que en 2018 o 2019 incluso. Pero la decisión del gobierno valenciano de endurecer las restricciones ante el disparo de contagios y nuevos brotes, que se producen sobre todo en el ámbito social, ha levantado de nuevo las alarmas. El sector turístico teme cancelaciones y cambios de planes que tendrían consecuencias nefastas para una temporada que pintaba más que bien.

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            Desde la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Marina Alta (AEHTMA) critican la decisión del gobierno de Ximo Puig de endurecer las medidas, “las más restrictivas de todo el país y adoptadas sin consultar al empresariado”. Temen una pérdida de competitividad frente a otros destinos y una avalancha de cancelaciones que tendrían graves repercusiones para el sector.

            Ante el cierre del ocio nocturno, que desde anoche echa la persiana a las 00.30 h, como los bares y cafeterías, la hostelería insiste en que los contagios se dan sobre todo en botellones y en reuniones de amigos en las casas. El sector se cuestiona de qué sirve hacer bien las cosas si luego son los hosteleros quienes sufren las mayores limitaciones y precisa que las consecuencias de los cambios que han entrado en vigor esta madrugada son mayores de lo que parece. Adelantar media hora el cierre de la hostelería (a las 00 h. se deja de servir y a las 00.30 h. se cierra el establecimiento) supone renunciar en la mayoría de los casos a uno de los turnos de cenas porque, como dicen los hosteleros, son muy pocos quienes cenan a las ocho de la tarde en pleno verano, con días largos y de mucho calor. La restructuración de mesas en el interior -donde vuelven a tener un máximo de 6 comensales- supone también una merma importante de la capacidad de los restaurantes. “No nos merecemos todo esto”, añaden quienes vieron cómo el inicio de la temporada se adelantaba casi un mes y ahora no ven claro qué les depararán las próximas semanas.

 

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