Gritos y aplausos, por barrios, para apoyar a los que se van y a los que entran
La moción de censura se vivió con intensidad desde la Plaza de Ayuntamiento, móvil en mano, porque la sesión fue retrasmitida a través de la página municipal de Facebook. El protocolo anticovid no permitió la entrada de público y la plaza estaba repleta de gente, como en un día grande de las fiestas patronales. La concentración de público comenzó quince minutos antes del pleno. Simpatizantes de Compromís y del PSPV recibieron a la alcaldesa, Rosa Vila, en su “paseíllo” para bajar las escaleras que dan acceso al salón de actos. “Los otros” fueron más precavidos y accedieron por la puerta interior. Ahora bien, al final, con la vara de mando ya en sus manos, sí salieron a la plaza para recibir el calor de los suyos.
Las puertas del salón de actos estaban abiertas –por aquello de la ventilación contra la pandemia -y custodiadas por agentes de la Policía Local. Según avanzaba la sesión y los ánimos se alteraban, la gente que estaba fuera se acercó a las escaleras y escuchaba todo lo que decían desde dentro de la sala. Aplausos con la intervención de Rosa Vila y del portavoz de Compromís, Carlos Martínez, y abucheos y gritos con las palabras de Raúl Llobell y de Héctor Morales. El presidente de la Mesa de Edad, Alejandro Llobell, ordenó en varias ocasiones a los agentes que cerraran las puertas porque no podía oír con claridad las palabras de los concejales. Ni por esas. La reacción fue inmediata y los aplausos y comentarios del exterior subieron en intensidad.
La traca final llegó una vez concluido el pleno, con la salida de “los unos y los otros”. La plaza estaba dividida “por barrios”, con dos claras líneas entre los partidarios de Raúl Llobell y de Rosa Vila. Y llegaron las voces y los gritos de “peseteros”, “tránsfugas” y “a guanyar diners, a guanyar diners”, entre otras lindezas. El más abucheado fue Héctor Morales, que aguantó impávido y sin mover un pelo un cara a cara con un militante y votante socialista que le estampó que “no puedo entender como con mi voto has hecho todo esto” –versión light por aquello de guardar las formas en este medio-.
El alcalde, Raúl Llobell, y su equipo –con los dos nuevos socios de gobierno- se hicieron fuertes en su trinchera con la presencia de numerosos alcaldes, concejales y diputados del PP. Entre las caras conocidas, los alcaldes de Benissa, Arturo Poquet, y la alcaldesa de Calp, Ana Perles. Y la de los diputados Juan Bautista Roselló y José Císcar, por citar algunas. Los populares intentaron acallar a sus rivales con aplausos y gritos de “alcalde, alcalde” en una guerra para ser los más ruidosos.
El coordinador general del PP en la provincia de Alicante, Juanfran Pérez, aprovechó la presencia de los periodistas para declarar que “creo que hoy Teulada ha vuelto a la normalidad porque el PP ganó las elecciones en 2019”. “Raúl Llobell”, añade, “no fue alcalde porque Compromís utilizó a dos concejales expulsados de Ciudadanos. Dejamos atrás una etapa de discusión, insultos y de confrontación”.