La educación en nuestros días

Verónica Monsonís (*)

En una ocasión una madre me comentó que pensaba que la educación de ahora no es como la de antes: “con una mirada de mi padre yo ya sabía lo que quería decirme, no hacían falta palabras; en los tiempos de ahora, no sabemos cómo hacerles entender a nuestros hijos lo que tienen o no tienen que hacer. Los niños de ahora son fuertes y desobedientes y no atienden a nada. La verdad es que sería algo preocupante si no fuera porque los amigos de mi hijo y los otros niños que veo en el parque actúan como él con tan sólo 4 años, no hacen caso a nada y van totalmente a la suya…” (¡¿Qué no es preocupante?!).
 “Pero lo que más gracia me hace de mi hijo…”, añadió, “es cuando me dice: -mamá, quiero ser mayor… -¿mayor? -Si mamá quiero ser mayor para irme de casa…”.
 Si además de ser un niño desobediente, es decir, que no atiende a lo que le dicen, hace lo que quiere tanto dentro como fuera de casa, se enfada con facilidad cuando se le lleva la contraria y es “consciente” (con tan solo 4 años) de que si se va de casa su vida será “totalmente perfecta”… yo creo que sí es para preocuparse.
 Está claro que con respecto a nuestros padres, la educación ha evolucionado tanto en casa como en el colegio. La mayoría de los padres nos consideramos con una mente, quizás, más abierta que la que tenían nuestros progenitores. Los de mi generación (poco más o menos) hemos tenido la suerte de vivir en una época en la que, en familias normalizadas, no hemos tenido problemas para comer, estudiar o trabajar. Nuestro nivel de vida ha sido más bien medio alto e incluso alto. Recordemos que las dos últimas décadas del siglo XX han traído mucha prosperidad, pero también durante este siglo se han vivido situaciones muy críticas. Nuestros padres e incluso abuelos han vivido la evolución “en una sola vida”, han vivido todo muy rápido. La verdad, sí nos detenemos y lo analizamos es para “volverse locos”; Antes no existía la televisión, escaseaba la comida o eran “tres” los que tenían vehículo con motor… y en nuestros días existe “una cosa” llamada Internet, hablamos por teleconferencia con otras personas de incluso otros países y la mayoría de nosotros tiene vehículo propio ya sea por necesidad o no… Si analizamos todo esto, yo si creo que nuestros padres y abuelos han vivido en una época marcada por el cambio, y que seguro que durante su infancia nunca imaginaron que pudiera suceder todo lo que ven ahora.
 Yo pienso que sólo ya por todo eso, la educación que ellos recibieron y la que nos dieron es diferente a la que nosotros vamos a proporcionar, pero no por ello menos válida.
 Hay quien educó de manera autoritaria y hay quien lo hizo basándose en el establecimiento de normas y límites a través del diálogo y de la comprensión, ganándose el respeto de sus hijos “educando sin más”. ¿Qué es lo que cambia con respecto ahora? Seguro que muchos hemos visto a padres, de tertulia en el parque mientras sus hijos se tiran balones a la cara, se chillan entre ellos o hacen mal uso de las instalaciones… Seguro que muchos de esos padres “avisan” de las consecuencias que pueden tener si no “se portan bien”, sin llegar a cumplir la amenaza… Y seguro que muchos de ellos piensan que esa es la manera correcta de educar.
 Hoy en día las Escuelas de Padres tienen como objetivo principal orientar a los padres y enseñar los recursos necesarios para que desde bien pequeños, los niños tengan una correcta educación. Os ayudará a reconocer que estáis haciendo muchas cosas bien y, por otro lado, tomaréis conciencia de que algunos aspectos se tienen que mejorar, pero que eso es posible y está en vuestras manos. No deis a vuestro hijo “por perdido”, dejándolo actuar “a sus anchas”, y recordad que a través del diálogo y del entendimiento podemos llegar a ellos más fácilmente que mediante amenazas o continuos castigos. Pruébalo, tu hijo también te lo agradecerá”.
 …Infórmate de nuestra escuela de padres.

(*) Psicóloga. Master en Psicología Clínica.

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