La Sección Primera de la Audiencia Provincial juzgará la semana que viene a dos hombres acusados de patronear una embarcación tipo patera desde Argelia hasta la costa de Moraira, donde llegó el 18 de agosto de 2024. Según relata la Fiscalía, la embarcación, de apenas 5 metros y 30 centímetros de eslora, partió un día antes con unas quince personas a bordo, una de ellas menor de edad, que habrían pagado cerca de 1.400 euros cada una por el viaje.
El Ministerio Público sostiene que ambos procesados llevaban el mando y la dirección de la patera, que carecía de medidas de seguridad básicas como remos, chalecos salvavidas, herramientas para reparar averías o luces de señalización, y tampoco contaba con instrumentos de comunicación para emergencias. Los ocupantes viajaban rodeados de bidones de combustible y sin un lugar donde protegerse del sol o la lluvia. La Fiscalía solicita para cada uno de los acusados una pena de seis años de prisión por un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal.
Por otro lado, la Audiencia Provincial juzgará a un hombre acusado de almacenar y distribuir material de pornografía infantil. La Fiscalía pide para él 17 años de prisión por un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil, tres delitos contra la intimidad y un delito de abuso sexual a menor. Según el escrito de acusación, el procesado almacenaba archivos audiovisuales de tipo pedófilo y grababa a menores de su entorno, con cuyos padres tenía amistad, en situaciones de intimidad como la piscina o el aseo, sin su conocimiento. También se le acusa de besar en la boca a uno de los niños cuando tenía entre 10 y 14 años. La entrada y registro en su domicilio, practicada el 21 de julio de 2021 en una localidad de la Marina Alta, permitió localizar imágenes en las que menores eran objeto de prácticas sexuales.
Además, la Fiscalía solicita doce años de prisión para un hombre acusado de abusar de la hija, menor de edad, de la compañera sentimental de su hijo. Los hechos ocurrieron en Xàbia entre 2010 y 2020 y comenzaron cuando la víctima tenía siete años y pasaba los fines de semana en casa del acusado junto a sus hermanos. Según la acusación, los abusos se prolongaron durante una década y se habrían producido tanto en la vivienda como en el colegio privado propiedad del encausado. El último de los abusos se habría producido durante el confinamiento, cuando la víctima tenía 17 años.