HLA San Carlos: Servicio integral ante el dolor oncológico

El 90% de los casos oncológicos pueden controlarse eficazmente con tratamientos de última generación que mejoran la calidad de vida de los pacientes.

El cáncer no solo representa un desafío médico, sino también un profundo impacto físico y emocional para quienes lo enfrentan. En la actualidad, el abordaje oncológico va más allá del tratamiento de la enfermedad, busca preservar la calidad de vida del paciente, aliviar el sufrimiento y acompañar en cada etapa del proceso.

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El especialista en tratamiento del dolor del Hospital HLA San Carlos de Dénia, Dr. Antonio Martinez considera que, “el alivio integral debe ser un pilar central del cuidado oncológico. Hasta hace algunas décadas se asumía que el dolor era un componente inevitable del cáncer. Hoy sabemos que más del 90% de los casos pueden controlarse eficazmente. El tratamiento del dolor no se limita a medicamentos, requiere una evaluación personalizada que identifique el tipo del dolor (nociceptivo, neuropático, mixto) y las causas subyacentes ya sean el tumor, los tratamientos o los efectos secundarios”.

El control del dolor en oncología suele basarse en la llamada “escalera analgésica de la OMS”, que propone tres niveles de tratamiento: analgésicos comunes, como el paracetamol o antiinflamatorios, opioides débiles, como la codeína o el tramadol, y opioides potentes, como la morfina o el fentanilo, según la intensidad del dolor.

Para el Dr. Martinez, el enfoque moderno va más allá de los fármacos, es necesario un enfoque multidisciplinar. La neuromodulación, la fisioterapia, la acupuntura, la psicoterapia y las técnicas de relajación se han convertido en herramientas valiosas que se complementan. La combinación de estrategias permite reducir las dosis de medicamentos, minimizar los efectos adversos y favorecer una mayor autonomía del paciente.

“El tratamiento del dolor oncológico debe centrarse en la persona, no solo en la enfermedad. Esto implica abordar el sufrimiento. La acupuntura, la psicoterapia y las técnicas de relajación se han convertido en herramientas valiosas que complementan el manejo médico. La combinación de estrategias permite reducir las dosis de medicamentos, minimizar efectos adversos y favorecer una mayor autonomía del paciente. En este sentido, los cuidados paliativos no deben asociarse con las etapas terminales, sino que pueden y deben integrarse desde el diagnóstico, contribuyendo a una mejor tolerancia al tratamiento oncológico, una reducción de los síntomas y una vida más plena, incluso en medio de la enfermedad”, añade el doctor.

Además de las terapias farmacológicas y de soporte, las técnicas intervencionistas del dolor han cobrado un papel fundamental en el tratamiento del dolor oncológico refractario. Procedimientos mínimamente invasivos como la radiofrecuencia, los bloqueos neurolíticos, del sistema simpático (celiaco, hipogástrico superior o ganglio impar) o las infiltraciones de plexos nerviosos permiten aliviar de forma significativa el dolor visceral o neuropático asociado a tumores abdominales, pélvicos o metastásicos. Estas técnicas, actúan directamente sobre las vías del transmisión del dolor, reduciendo la necesidad de opioides y mejorando la calidad de vida en pacientes con enfermedad avanzada.

Para el especialista informar al paciente y a su familia sobre las opciones disponibles es fundamental. Muchos aún temen el uso de opioides o desconocen los recursos de apoyo psicológico y físico disponibles. La educación y empatía son aliados esenciales para vencer el estigma y fomentar una comunicación abierta entre el paciente y su equipo médico.

El alivio del dolor en pacientes con cáncer no es un lujo, sino un derecho humano fundamental. Con un enfoque integral, interdisciplinario y compasivo, es posible transformar el sufrimiento en bienestar, y ofrecer no sólo más días de vida, sino también más vida a los días.

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