Historias de mis libros (XI). Bartolomé Vives (2)

juan_bta_codina_bas

Decía que leí el libro de Alice B. Gauld y encontré entre los tripulantes que acompañaron a Colón a Bartolomé Vives, al que automáticamente identifiqué como de esta tierra nuestra. Su apellido era una muestra o podía serlo por lo que le asigne un papel fundamental en la novela.

Cristóbal Colón va en su diario relatando los aconteceres que suceden en el periplo que realiza y en él van apareciendo nombres de marineros que lo acompañan. Yo coloqué a Bartolomé Vives en la misma nave del almirante, pero no es lo mismo ser marinero que almirante por lo que este marinero debía convivir con los de las otras dos naves que fueron a las Indias y contar peripecias que podían ocurrir en las otras naves y de las que Colón a veces no se enteraba.

Publicidad

Son tres las naves que van con sus nombres populares: la Gallega, la Pinta y la Niña. ¿Hubiera quedado ‘serio’ que fueran hacia las Indias la Gallega, la Pinta y la Niña? No hubiera quedado nada serio y se hubieran hecho multitud de burlas con esos nombres, por lo que al menos a la primera se le puso su nombre oficial. La Santa María y eso cambiaba la cosa y hacía más seria la aventura.

Teniendo la lista de los tripulantes que iban con Colón, los redistribuí entre las tres naves para lo que me hice un planing y además asigné papeles a los distintos marineros si no los tenían claros. Los marineros van en tres naves pero regresan dos naves ya que una de quema y con sus restos hacen el fuerte Navidad y se quedan marineros allí. Nueva lista de los que se quedaban y redistribución de los que volvían en las dos naves.

Bartolomé Vives regresa con Colón por lo que su diario sigue contando el viaje de vuelta y las peripecias que tienen. Algunos mueren en el viaje de vuelta posiblemente de la sífilis contraída en aquellas tierras por la promiscuidad con las indígenas. Tuve que acudir a un médico que me informara de las características de la enfermedad (hoy google lo resolvería, pero entonces no existía google) para poder trasladar a los posibles lectores los síntomas y demás sufrimientos de esos marineros que padecían en espacios reducidos y conviviendo con los otros marineros y con una alimentación precaria y sin saber si llegarían porque al ir no lo tenían claro pero al volver las dos naves se distanciaron y llegaron a sitios distantes.

Al escribir se van contando muchas cosas. Muchas te hacen sonreír o reír. Había momentos en que no podía aguantar la risa al describir ciertas situaciones. Otras veces eran tristes y los sentimientos repercutían en el que estaba escribiendo. En general disfruté escribiendo esta novela. Escribir una novela supone inventar unas situaciones mientras que al escribir en base a documentos has de ceñirte al asunto. El mundo de marineros que iba con Colón estaba formado por hombres y además de procedencias distintas: algunos judíos que el día que salían era el de su expulsión de España y se enrolaron, otros que estaban penados y su enrolamiento era una solución a la pena carcelaria, otros que sintieron la llamada de la aventura y Bartolomé Vives.

Todas estas tensiones, dudas, creencias, rumores… provocados por esas distintas procedencias en un espacio vital reducido se incrementan y las situaciones ofrecen una gran diversidad que hay que tratar adecuadamente, pero ciñéndose a la época y sin poner anacronismos, que por cierto puse uno muy gordo, sin caer en la cuenta de que era un anacronismo.

Suscríbete al boletín de noticias

Pulsando el botón de suscribirme aceptas nuestras Política de privacidad y Términos del servicio
Publicidad