En esta ocasión voy a hablar de una novela que escribí, que la presenté a dos concursos literarios y que me supuso un gran esfuerzo y queda en el baúl de los recuerdos, a la espera de que una mano amiga quiera publicarla como al arpa de Becquer que estaba a la espera de esa mano amiga.
Yo había leído el nombre de la rosa de Umberto Eco y me supuse el arduo trabajo de formación, conocimientos e investigación que debía poseer una persona para escribir una novela de ese tipo donde aparecen discusiones medievales defendidas por unas órdenes u otras, posturas inquisitoriales, crímenes de novela negra, mundo detectivesco, lecturas clásicas aristotélicas, etc. , etc.
La verdad es que me creía incapaz de acometer una novela como la citada, pero me puse manos a la obra para ver si era capaz de construir una obra similar. Y creo que lo hice, pero me falló alguna cosa como más adelante comentaré.
Eran años anteriores a 1992, cuando debía tener lugar la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América. Por otro lado me llegó la convocatoria de un concurso literario que iba a celebrarse en Murcia aprovechando ese V Centenario y unidas las dos cosas me propuse escribir una novela sobre ese evento. Me leí muchos libros sobre la efemérides citada y fue el Diario del navegante el que me dio la idea de escribir aprovechando los datos que allí aparecían. Mi idea matriz fue la de aprovechar el contenido del diario pero haciendo traslación del sentido de su contenido a un diario imaginario de un marinero de los que fue con el descubridor. Visité además la réplica de la Santa María que vino unos meses antes al puerto de Valencia para situarme en el espacio físico de la navegación.
En primer lugar hay que saber que el descubrimiento de América fue una obra de Castilla y desde el primer momento no participó nadie de la corona de Aragón, pero tenemos por otro lado dos razones importantes: uno es la presencia en la costa de Xàbia de una torre y de un islote llamado del Descubridor y que la tradición cuenta que fue un regalo de la villa al marinero que viajó con Cristóbal Colon. ¿Falsedad, verdad? Sé que hay otras teorías de índole militar, pero para mis intereses era un elemento válido y a fin de cuentas iba a ser una novela o una historia novelada por lo que hay elementos que el autor incluye como licencias permitidas. La otra razón me la dio el libro de Alice Bache Gauld titulado Nueva lista documentada de los tripulantes de Colón en 1492, publicado por la Real Academia de la Historia en 1984.
Señalaré que me había comprado un ordenador en 1990 por lo que esta novela la escribí en ese ordenador en un programa que si hoy quiero ver lo que escribí me transforma los acentos y otras características en símbolos y que hace imposible una lectura de la novela. También al ser una obra que por primera vez escribía en un ordenador, me supuso tener que cambiar la mentalidad de que escribía a máquina y que podía revisar lo escrito aunque lo de copiar, cortar o pegar no era una cosa fácil como lo es hoy. Pero me ayudó a superar los obstáculos consultando a amigos, trasteando con aciertos y errores y de esta forma fui adentrándome en la nueva era de la computación.