“Me gustaría que Jesús Pobre fuera independiente”
Jesús Pobre celebraba la primera Festa de l’Escaldà, impulsada por la Associació de Veïns i Veïnes, en el verano de 2010. Declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial el 4 de mayo de 2018, la fiesta celebrará el 31 de agosto de 2025 la decimosexta edición. Ese día, como ha hecho en los últimos años, Pep Fornés, apodado ‘el fus’, le prenderá fuego a la caldera. Es el fogater, el de la corbella. Cuando era niño había escaldado y ayudado a su abuelo, que se levantaba más temprano que nadie en la casa para encender el horno de escaldar. “Cuando ya estaba la caldera hirviendo”, recuerda, “nos despertaba a los demás”. Cuenta que en la actividad se implicaba toda la familia, también los vecinos más cercanod. “El día de l’escaldà era una fiesta, asábamos dos berenjenas y dos pimientos, una cebolla, preparábamos huevo con tomate y, ¡todos a almorzar!”. Una fiesta que fue perdiéndose poco a poco y que, desde hace unos años, se revive a lo grande en el riurau de Jesús Pobre.
PREGUNTA: ¿Ha sido este un buen año para la uva?
RESPUESTA: Sí, ha sido un año bastante bueno. A pesar de que el sol la ha quemado mucho. Pero la producción ha sido buena.
P: ¿Escaldarán muchos capazos?
R: Unos siete u ocho. Una semana antes, el día 23, haremos l’escaldà de los vecinos. La asociación escaldará diezl o doce capazos de uva que, ya convertida en pasa, se pondrá a la venta el día de la fiesta grande, el domingo 31. Venderemos también uva de mesa y toda la recaudación será a beneficio de la asociación. La gente que venga el día 31 podrá ver todo el proceso y también comprar pasa y uva.
P: ¿Por qué nace la fiesta?
R: Porque estaba todo perdido. Los más jóvenes no sabían cómo se escaldaba. Y Antonio ‘el Xorrí’, que no paraba nunca de pensar, tuvo la idea. Todas las ideas de la asociación salían de él. Nosotros nos subíamos al carro ¡y ale! La del Mercat del Riurau, la subida al Montgó, la cena de verano… todas fueron ideas suyas.
P: ¿Todavía hay gente que escalda en Jesús Pobre?
R: En aquel momento sí. Ahora ya no. Casi nadie tiene uva.
P: Para el vino también se necesita uva y cada vez se elabora más vino.
R: La gente se ha inclinado más por el vino, muchos de los que tienen uva la gastan para hacer caldo.
P: ¿Guarda alguna anécdota de cuando escaldaban en casa?
R: En mi casa llevábamos tierras a medias, el sequer aquel tenía doce bous de longitud y añadían otra pila de seis cañizos detrás. Habría más de cien cañizos. El año de la riada el sequer estaba a tope. Empezamos a empilar mojándonos con la lluvia y al final mi padre dijo que lo dejamos estar. Se mojó todo. Cuando pasó, tiramos toda la uva debajo de un margen. No sé ese año de qué comeríamos.
P: La pasa era un medio de subsistencia.
R: Sí. Pero la gente empezó a abandonar para ir a trabajar a las fábricas. Poco a poco fue dejando la tierra.
P: Jesús Pobre ha servido de modelo a otros municipios que también escaldan.
R: Hemos dado la idea y muchos pueblos se han apuntado. Escaldan en Pedreguer, en Llíber, en Terrateig…
P: En esto de l’Escaldà hay un toque de nostalgia, un punto de romanticismo.
R: Puede ser. No creo que nadie vaya a dedicarse a escaldar pasa, pero no queremos que se olvide. El día de la fiesta también damos difusión al trabajo de la llata y a la elaboración de los cañizos. No queremos que se pierdan.
P: Pocos saben hacerlos.
R: Un chico del pueblo se dedica ahora a hacer cañizos, para el techo de las casas, para decoración… Y ha sido debido a todo esto.

P: A Jesús Pobre son muy luchadores. Evitaron que el gran riurau se viniera abajo.
R: Conseguimos que se hiciera una buena restauración y que pueda ser utilizado por el pueblo. Otros pueblos han seguido el camino que comenzamos y han restaurado sus riuraus. Somos pioneros en muchas cosas.
P: No es fácil que un pueblo esté tan unido.
R: Somos pocos y muy animosos. Nos llevamos bastante bien. Pero siempre somos los mismos. La gente joven no se anima. Es muy senyoreta.
P: No se implica.
R: Pasa, en general. Les hemos dado las cosas tan bien hechas y fáciles que no quieren saber más. En la política pasa el mismo.
P: El Mercat del Riurau ha servido también de ejemplo para otros pueblos.
R: Hemos conseguido que tenga continuidad durante todo el año, otros no han podido. El mercado ofrece la oportunidad de tener un lugar de venta a la gente que trabaja el campo. Ahora bien, los vendedores son los mismos que al principio. No se ha incorporado gente joven. Volvemos a lo mismo.
P: Cada vez es mayor la afluencia de gente. ¿Han pensado que esto se les puede ir de las manos?
R: Sí, los domingos está todo lleno, los caminos, el pueblo. Hay gente que está asustada, sobre todo los jóvenes. Yo no. Son cuatro horas y un día a la semana. Es como cuando llega el barco de Ibiza a Dénia y se hace una larga cola porque los coches tienen que bajar. Pero es solo un momento.
P: ¿Está en peligro la idiosincrasia del pueblo, la tranquilidad que siempre lo ha caracterizado?
R: Creo que no, de momento. La construcción también está controlada. Vivimos igual de tranquilos. Ahora bien, el precio de las casas ha subido mucho respecto a los pueblos de los alrededores, Gata, Pedreguer, Ondara. Un joven no puede comprar casa.
P: ¿Qué hace que Jesús Pobre tenga esa atracción?
R: No sé si lo hace el Montgó o la zona donde estamos. Cuando los frailes hicieron un convento aquí, por algo seria. Quizás por ser un lugar más espiritual.
P: ¿Algún día el convento será del pueblo?
R: Lo veo difícil. Tuvimos la ocasión y la dejamos pasar.
P: Para ser un pueblo tan pequeño, tienen muchos bares.
R: Y funcionan a tope. Pero desde la pandemia cierran en invierno por las tardes. Una lástima. El bar hace pueblo.
P: ¿Qué hace que el tejido asociativo aquí sea tan potente?
R: Somos cerca de trescientos asociados y hemos impulsado muchas cosas, como el concurso de vinos o el mismo mercado. Ahora, la llata con las mujeres mayores. Desde el principio la comisión de la mujer ha sido también muy activa y se han impulsado otros proyectos que han tenido mucha repercusión, como el del trigo. Funciona. La harina está todos los años vendida, se hace cerveza con el trigo de Jesús Pobre. Va muy bien.
P: Fue la asociación quien puso en marcha el proceso para ser entidad local. ¿Ha marcado un antes y un después?
R: Tenemos más recursos, un ayuntamiento, Correos, más autonomía y más servicios. Y nos escuchan un poco más. Ahora existimos, que algunos no sabían que existíamos.
P: ¿Ve a Jesús Pobre como un pueblo independiente?
R: Me gustaría que fuera independiente. Tenemos cementerio y estamos bastante lejos de Dénia.

Muy personal
P: ¿De dónde viene eso de ‘el fus’?
R: Parece que un antepasado mío hacía husos, para hacer bolillos, y lo llamaban ‘el tío fus’.
P: ¿Le debemos a usted la Fira de Brocanters de Jesús Pobre?
R: Soy aficionado a las cosas antiguas del campo, y sí, la monté yo. Guardo todo lo antiguo. Esperaba que compraran el convento para montar un museo pero seguramente iré quitándomelo todo de encima. Se perderá. No tenemos un local para guardarlo.
P: La feria ha sido un éxito.
R: Está a tope. Viene gente con ganas de comprar, no viene a pasear.
P: Lo hemos visto bailar.
R: No sabía, pero es algo que me ha gustado siempre. Ahora formo parte de Jesús Pobre Grup de Danses. Lo pasamos bien.
P: Y hace teatro.
R: Me gustaba ir al teatro y hace cinco o seis años me apunté a la escuela de Pedreguer. Estoy muy a gusto. Me encanta subir al escenario, aunque a veces es un poco difícil. Pero estoy feliz.
P: ¿Hacia dónde tira más? ¿Hacia Xàbia, Gata, Ondara, Dénia…?
R: Hacia Pedreguer. Hablamos como los de Pedreguer y somos más como ellos, valientes, emprendedores. Aunque Gata está a dos kilómetros y tenemos una relación buenísima, no somos como ellos. El carácter es diferente.
P: Lo conocimos hace muchos años como representante del Ayuntamiento de Dénia en Jesús Pobre.
R: Estaba encargado de las aguas potables. Era el único empleado del ayuntamiento aquí. Me ha pasado de todo. Era el hombre de confianza en Jesús Pobre. A mí me recibían y me escuchaban. No he sido alcalde porque no he querido (río).
P: Ahora es el padre del alcalde. ¿Cómo lo está haciendo?
R: Está haciéndolo bastante bien. Es joven y no ha dejado de trabajar. Gestiona y hace su trabajo, pero no quiere ser protagonista. Estoy contento de que la gente joven participe. Costó.
P: ¿No ha pensado nunca en dedicarse a la política?
R: No, nunca. No me gusta.