Hablemos de cosas importantes, dejemos a un lado la política, las medallas, la corrupción y los intereses que tanto daño están haciendo a nuestra sociedad, aparquemos por un momento que los ayuntamientos no tienen dinero para cumplir contratos con quienes les interesan menos en un derroche de ignorancia sobre qué está pasando en la calle perdiendo futuros votos en avalanchas ya que evidentemente por el bien ciudadano no es.
Esta comarca está llena de viviendas abandonadas en vertiginoso camino al deterioro total, pisos, chalets y urbanizaciones enteras.
Son muchas las causas, divorcios o herencias interminables, herederos que no se ponen de acuerdo, fallecidos sin familiares conocidos, hipotecas impagadas y tantas otras.
Muchas son también las familias que no tienen una vivienda digna o decididamente no tienen vivienda alguna, mucha es la gente que duerme en las calles, más de la que creemos saber y muchas son las necesidades de otros colectivos importantísimos en la convivencia ciudadana que podrían solucionar en todo o en parte más de un problema gordo si alguien se preocupara realmente de hacer bien su trabajo.
Hay una regla de oro: si no obtienes buenos resultados, es porque no vales para ese trabajo.
Con la llegada del verano empieza el problema de los abandonos de animales, también de abuelos, que evidentemente molestan en esas familias capaces de semejante despropósito donde sus integrantes acuerdan la salvajada.
Las protectoras de animales están saturadas de perros y gatos en toda España, pero resulta que el magnífico espacio que ocupaba el Safari Park de Vergel está abandonado a su suerte, cerrado e inutilizado con miles de metros cuadrados perfectamente acondicionados para albergar animales de todo tipo.
Pero, siempre hay un pero, no hay nadie que sea capaz de encarar la gestión de ver cómo se podría negociar para dar utilidad a tanta valla desaprovechada.
¿Más intereses? Tal vez, ¿y el interés de «hacer algo bien» en beneficio de la sociedad que gobernamos? Ese brilla por su ausencia.
Estaría demás, sería un insulto a la sociedad intentar aclarar algo más esta idea, aunque, por si a alguien le hiciese falta un toque de imaginación, sencillamente piense que donde hubo cientos de animales en kilómetros cuadrados de terreno perfectamente adaptado para esa función, seguramente podría crearse un gran centro de acogida para animales sin dueño que en algunas «perreras» están sacrificando por falta de espacio y las «protectoras» están desbordadas albergando al doble de sus capacidades.
¿Alguien me va a decir que sólo a mí se me puede ocurrir una solución así? ¿Qué habrá detrás de esas vallas?
No me vale lo de las «partidas» y el reparto de los dineros, si varios ayuntamientos se ponen de acuerdo, dejan de pagar fortunas por glorietas y esculturas absurdas, seguramente entre todos podrían solventar un gran centro protector de animales ya que, entre otras cosas, el antiguo Safari Park ya está prácticamente acondicionado para ese fin.