El virus del ébola mata al 99 % de las embarazadas porque son más vulnerables

MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

El virus del ébola ataca cruelmente a las embarazadas, sus bebés y a los niños menores de cinco años. Las gestantes que sobreviven al virus se cuentan con los dedos. Estas presentan más frecuentemente complicaciones como manifestaciones hemorrágicas más severas y alteraciones neurológicas que el resto de los pacientes.
El virus se transmite a través de todos los fluidos de personas enfermas: ataca especialmente al personal de salud y a todos aquellos que las cuidan. En el caso de las embarazadas, sí existe una mortalidad mayor demostrada, del 99 %, respecto al resto de mujeres. Se desconoce el mecanismo exacto por el cual el virus es más rápido y más letal, pero pensamos que es debido al esfuerzo extra para el sistema inmunológico y a la rápida deshidratación. Esto no pasa sólo en embarazadas: también los niños menores de cinco años tienen mayor mortalidad.
Hay más mujeres afectadas, entre un 55 y un 60 % de los casos, porque son ellas las que cuidan a los enfermos y las que se encargan también de preparar el cuerpo en caso de fallecimiento. Al estar más expuestas, hay más incidencia. También en esta epidemia, la letalidad entre las mujeres contagiadas es mayor que en los hombres.
El virus del ébola está presente en todos los fluidos, incluido el líquido amniótico, incluso algunos días después de que la madre ya sea negativa. En el caso de la embarazada, la transmisión es a través de contacto con una persona enferma, con objetos contaminados o con el cuerpo de un fallecido de ébola. No existe una diferencia en el mecanismo de acción, pero sí en la menor capacidad de respuesta inmunitaria por parte de las embarazadas, que son más vulnerables.
Las mujeres embarazadas enfermas pueden presentar sangrado genital severo y necesitar una transfusión de sangre o un legrado, por lo que el personal de salud que las atienda debe tener todas las precauciones y aplicar las técnicas de barrera como uso de guantes dobles, bata, protección facial y lentes protectores durante su tratamiento y manejo. Los instrumentos, lugares y prendas contaminadas deben con sangre o fluidos corporales deben desinfectarse con hipoclorito de sodio.
La mayor parte de las embarazadas con ébola sufren un aborto, independientemente del momento gestacional. En una mujer embarazada con Fiebre Hemorrágica por Ébola (FHE) es frecuente el aborto espontáneo. Algunos factores como la fiebre, la coagulopatía intravascular, y la infección por virus en fetos de mujeres infectadas pueden explicar la alta incidencia de abortos.
Las cesáreas no están indicadas porque el feto fallece antes de que se pueda hacer la cesárea, y además porque sería casi imposible hacerlo en las condiciones de protección del centro de tratamiento de ébola.
Hasta ahora la respuesta de la comunidad internacional -y eso incluye a España- no se ha materializado en el terreno. Hacen falta manos, médicos, enfermeras, centros de tratamiento, laboratorios, equipos de desinfección, ambulancias.
(*) Especialista en Obstetricia y Ginecología.

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