Ni el apagón eléctrico a nivel nacional ha podido con el espíritu de la fiesta de San Vicente en la Cueva de las Calaveras de Benidoleig, que ha registrado cientos de visitantes de toda la comarca en la jornada central del evento, que el Ayuntamiento intenta mantener con una feria de primavera.

n esta edición, los boleros, pasodobles y rancheras del tradicional baile que cierra las fiestas pascueras apenas han podido ambientar la jornada central de la celebración, a pesar de los intentos del grupo Somnis por actuar al margen de las circunstancias que impedían conectar los equipos de sonido, con el fin de hacer disfrutar a la numerosa concurrencia.

Entre esta última, han destacado las diferentes generaciones en las que, a pesar de no ser considerada fiesta oficial, el Sant Vicente aún ejerce el magnetismo que le otorga la antropología, las cuales han contribuido al financiamiento de las fiestas patronales con parada obligada en la barra de la Comisión 2025 a la hora de comer y beber, donde algunas cuadrillas se han animado a cantar, lo que hoy en día se denomina “a capella”.

El carácter voluntario de los integrantes del citado grupo que ha asumido la organización de las fiestas de verano en honor a Santa Bárbara ha sido resaltado por el concejal de Fiestas y Turismo, Lucas Alberola, para agradecer esa disposición, a la que se ha sumado la de los efectivos del cuerpo local de Protección Civil en materia de seguridad, quienes han contribuido a redondear un evento que, por trayectoria, ocupa un lugar propio entre las tradiciones más arraigadas de la Marina Alta.