Este es el día en que todos nos prometemos cumplir con lo incumplido año tras año..
Bajar de peso, dejar de fumar, dejar de beber de forma desmedida, estudiar más, cumplir con lo dicho antes de las elecciones, aumentar el sueldo a los empleados, dormir menos, madrugar más… 
Resumiendo, ser mejores a partir de este día.
Esta vez sí, esta vez va en serio.
Éste es el día en el que levantarse a las once de la mañana es madrugar, comprobar que sólo hay personas mayores y muy mayores, caminando por las calles, alguien que corre en chándal y otros paseando al perro.
De todos modos, todo parece filmado en cámara lenta, pasos tranquilos, hasta el sol parece tímido, un silencio raro invade el ambiente entre árboles pelados de hojas y por no haber… ni una gota de viento.
No hay coches en movimiento, alguno despistado parece eléctrico, circula despacio y sin hacer ruido, no sé si es tan sólo una sensación o realmente se incorpora al paisaje de este día.
Apenas un par de horas después entran en escena nuevos personajes con el pelo mojado, ojos rojizos cara de no recordar nada además de soportar un horrible revoltijo estomacal.
Curiosamente hace muy pocas horas, cada uno a su medida, eran protagonistas de risas, cantos, gritos llenos de alegría, esta mañana de este día, todo es tranquilidad.
El día después del último del año pasado, el primer día del año que viene (mal dicho, el año está quieto, nosotros pasaremos por él), el primer día del resto de nuestras vidas, esas vidas nuevas que a partir de ahora serán muy diferentes, lo hemos prometido.
Año nuevo vida nueva, decía mi abuela.
El día después no es un día cualquiera, ha pasado un año entero, casi todos piden que el próximo sea al menos igual que el anterior con tal que no sea peor.
Seamos optimistas, si este próximo año somos capaces de superar el fin del Mundo, los huracanes, las hipotecas, mantener el empleo, sobrevivir a la violencia de género, mantener el coche a 120… el próximo año disfrutaremos de otro día tranquilo, el próximo día después.
