El curioso hallazgo del cíngulo original del Nazareno de Xàbia con más de 250 años de antigüedad
La persistencia de un vecino se combina con la casualidad para recuperar una pieza que desapareció junto con la túnica tras la Guerra Civil
La reliquia, cuyo estado de deterioro impide su restauración, será donado al Museu a nombre de Ángeles Diego
Siendo un chaval Bartolomé Bas, conocido cariñosamente como Tolo Aspirina, un vecino de Xàbia jubilado como empleado de una farmacia -a la que dedicó toda su larga carrera profesional- había oído hablar precisamente en su centro de profesión sobre la existencia del cíngulo de la imagen original del Nazareno que fue regalada por los Medinacelli al pueblo de Xàbia en 1767. Se trata de una especea de cinturón en formato de cordón con unas borlas en los extremos con la que la túnica se ceñía a la cintura de la imagen. Quedó gravado entonces en su mente el nombre de Pascual Diego, el vecino que se suponía había recuperado y escondido ese cíngulo para que no fuera pasto de las llamas durante la Guerra Civil, como ocurriera con la imagen originaria del Nazareno. Una suerte, la del cíngulo, similar a la que corrió la túnica, que fue rescatada del fuego también por otro vecino por aquellos tiempos de convulsión.
Aquel comentario que había escuchado dormitó durante largas décadas como un recuerdo lejano en la memoria de Tolo, que en sus años de juventud llegó a conocer a Diego. Sin embargo, aquel comentario sobre el cíngulo revivió hace poco tras un encuentro casual con descendientes de éste a través de una vieja amistad. Resulta que la hija de una amiga del matrimonio de Tolo, afincada en Francia, iba a contraer matrimonio con un nieto de Pascual Diego, en concreto el hijo de la que fue su única hija, Ángeles.
Pensó y volvió a pensar que se había reencontrado con la familia que, según había escuchado de pequeño, tenía en su poder el cíngulo y que aquello suponía una ocasión para recuperar tan preciada pieza. Y probablemente, como así fue, la familia desconocía que la mantenían a buen recaudo guardada entre sus pertenencias. Porque Ángeles Diego, que formó parte de la junta directiva de las amas de casa que colaboró en la restauración de la túnica del Nazareno a finales del siglo pasado, obviamente hubiera dado a conocer el hecho, de haberlo conocido.
Tolo, gran devoto y apasionado del venerado Nazareno, patrón y alcalde perpetuo de Xàbia, se ilusionó y obstinó, al mismo tiempo, con la hipótesis de localizar la pieza. Inquirió e insistió, a través de Marion, la hija de su amiga, que había fallecido anteriormente, para intentar dar con el cíngulo a través de los descendientes de Diego, que ahora formaban parte de su familia.
En principio las respuestas fueron desfavorables, pero Tolo no dio el brazo a torcer y preguntaba e insistía para que Marion motivara a sus cuñadas a buscar el que consideraba un gran tesoro.
Al final se produjo el hallazgo, de manera casual, del cíngulo, bien escondido en un falso suelo de una antigua cómoda que perteneció a la madre de Pascual Diego, y que sus descendientes tenían en un chalet del Puchol, cuando el mueble iba a ser trasladado. Se trataba, casi con toda certeza, de la pieza original que lució el Nazareno, el mismo que figura en una de las estampas que Tolo guarda con todo cariño y cuidado del patrón y que data, con toda probabilidad, de principios de 1800 -supuestamente la primera imagen impresa del Nazareno de Xàbia-.
DONACIÓN AL MUSEU
Tanto la familia como Tolo no dudaron un momento en que aquella pieza debería pasar a ser patrimonio del pueblo de Xàbia. Entonces arrancaron las gestiones con el Ayuntamiento para proceder a la donación de la pieza. Un gesto que se llevaría a cabo a nombre de Ángeles Diego, por decisión expresa de la familia. Los trámites siguen su curso y se espera que en próximas fechas el cíngulo pase a engrosar el depósito del Museu Soler Blasco. En principio se descarta una restauración de la pieza, por su delicado estado de conservación.
La aparición de este sacro objeto, casi un siglo después, tiene un halo de milagro místico, como casi todo aquello que rodea al tan venerado Nazareno de Xàbia, como aquel episodio que protagonizó en 1885 librando al pueblo del achaque del cólera morbo.