INÉS ROIG (*)
Nadie tiene la misma anatomía a los 20 que a los 30 o a los 50 años. Vamos a hablar del caso de las mujeres.
A LOS 20 AÑOS: CURVAS Y SEXUALIDAD
Es la edad en la que nos tomamos en serio el deporte, con sus beneficios y consecuencias. Conviene ducharse con un gel de pH entre 4,5 y 5, para no alterar la flora vaginal al reducir la producción de ácido láctico, protector frente a infecciones vaginales.
Tomar el sol como si no hubiera un mañana tiene consecuencias. Se disminuye la capacidad de producir melanina, colágeno y elastina. Los excesos de los 20 se traducen en manchas y arrugas a los 40.
A LOS 30: ARRUGAS Y MUCHOS CUIDADOS
Los tejidos pierden vigor porque se relaja la producción de colágeno. Comienza el proceso de envejecimiento. Practicar ejercicio moderado de forma habitual lo ralentiza.
Si come mucho y mal, es posible que empiecen a aparecer redondeces en el abdomen, glúteos o muslos. Sin cuidados, se pierde la batalla contra la balanza.
Se pierde grasa del pómulo y aparecen las patas de gallo, pero las arrugas, si son de reír, quitan años.
A LOS 40: ADIÓS A LA MATERNIDAD
A partir de los 40, la probabilidad de tener un bebé es baja y los hijos tienen más riesgo de padecer enfermedades, ya que los óvulos no tienen la misma calidad que cuando se es más joven.
A LOS 50: ROTURAS Y CAÍDAS
La bajada de estrógenos en la menopausia causa pérdida ósea. Hay que recurrir a suplementos para obtener los 1.000 mg diarios de calcio y aumentar la ingesta de magnesio, necesario para una buena síntesis del calcio.
Hay apatía sexual, decaimiento anímico, insomnio, aumento de peso y de la grasa corporal y pérdida de masa muscular. El deporte es un buen modo de contener el aumento de grasa y evitar la pérdida de masa ósea y muscular.
A LOS 60: DISFRUTE
Los orgasmos son más débiles y la lubricación menos intensa, pero se ha gana en el conocimiento de los propios anhelos. La reducción de estrógenos provoca una disminución del tamaño de los folículos pilosos. Es decir: puede despedirse de la molesta depilación.
Además, su pico de felicidad está a la vuelta de la esquina, pues según un estudio británico es a los 70 años cuando la dicha nos inunda con más fuerza que nunca.