Diferencias entre alimentos convencionales y ecológicos

INÉS ROIG (*)

Los alimentos ecológicos son aquellos producidos sin elementos químicos. España, es uno de los principales países productores de estos alimentos, aunque todavía a día de hoy son casi un manjar por su elevado precio.

¿Cómo los distinguimos cuando queremos comprarlos?

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Todos deben llevar en su etiquetado el término que corresponda: «ecológico», «orgánico» o «biológico». Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): «Normalmente figura también el nombre de la entidad que garantiza que se han seguido los estándares para la producción ecológica». Además, los productos ecológicos de la Unión Europea llevan un logo, que es el único que encontramos en los alimentos producidos en el continente europeo.

¿Qué diferencias hay entre los alimentos ecológicos, biológicos, orgánicos?

El reglamento europeo que regula los alimentos ecológicos protege todas las denominaciones y plantea los tres términos como sinónimos, es solo una cuestión idiomática: «Ecológico» en castellano «Biológico» en francés y «Orgánico» en inglés.

Existen ciertas diferencias respecto a los alimentos convencionales, una de ellas es el precio. Esto se debe a que, en general, los costes de producción ecológica son más elevados que los de producción convencional. Tienen productividades más bajas, no hay métodos de producción intensiva, su distribución es más limitado. Y eso hace que el coste sea mayor. Están justificadas grandes diferencias de precio. Hay otro componente importante la calidad.

¿Qué beneficios aportan los alimentos ecológicos que no lo hagan los convencionales?

Pese a lo que muchos puedan creer, no hay grandes diferencias entre unos y otros. Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, las normas se aplican por igual a todos los alimentos, aunque es cierto que los productos ecológicos superan un mayor número de controles.

Al no utilizar pesticidas, hay quien considera que pueden estar desprotegidos ante microorganismos patógenos y toxinas. Ante este temor, los agricultores biológicos se defienden argumentando que los productos convencionales contienen pesticidas y medicamentos que no son inocuos ni aunque se respeten los límites legales. Lo cierto es que no se han detectado mayor número de toxinas que en otras ocasiones. Pero aunque no se puede asegurar que sean peores, tampoco se puede decir que son más saludables: No hay evidencias suficientes para asegurar que los productos ecológicos sean más sanos.

Tampoco existen grandes diferencias entre las propiedades nutritivas de un producto ecológico y las de uno convencional. Las evidencias científicas no inclinan la balanza a favor de ninguno de los dos bandos.

(*) Farmacéutica

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