Detenerse para mirar con otros ojos

Un itinerario escultórico une Teulada y Moraira en los próximos seis meses

Buscar una alternativa -aunque sin renunciar a nada- al sol y la playa y a la agricultura de la vid que da sentido a nuestro territorio. Teulada apuesta por el turismo cultural y para ello ha creado un auténtico museo al aire libre, a pie de calle. Se trata de un itinerario escultórico que unirá los cascos urbanos de Teulada y de Moraira en los próximos seis meses. No se trata únicamente de embellecer el entorno sino que esta iniciativa se convierte “en una invitación a detenerse y mirar con otros ojos”, en palabras del alcalde, Raúl Llobell.

            Con carácter bienal, Teulada Moraira adornará sus plazas y espacios más emblemáticos con impresionantes esculturas contemporáneas creadas por algunos de los escultores más relevantes del panorama artístico, tanto nacional como internacional. Coderch & Malavia exponen hasta cinco de las ocho paradas obligatorias en este circuito cultural. El resto de obras son de Antonio López, Lorenzo Quinn y Víctor Ochoa. Además, el Auditori acoge una extensa exposición con más de 60 obras de diferentes autores. Y para octubre de 2026 será la sede del Congreso Internacional de Escultura Monumental.

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            Luisa Noriega Montiel es la comisaria de Teulada Moraira Ciudad de Cultura y Escultura, una iniciativa que se presentó en sociedad en la sala María Moliner del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Cada pieza ha sido meticulosamente seleccionada y ubicada para realzar su belleza y potenciar su mensaje. Los lugares elegidos que configuran el itinerario escultórico son Platgetes, el Bosque Urbano, la Avenida de la Paz, la Plaza del Portitxolet y la Explanada del Castillo, todos en Moraira. Y la Plaça dels Porxes, el Auditori y la Plaça de la Consititució, en Teulada.

Cada una de las ocho esculturas tiene un código QR que permite al visitante profundizar en el conocimiento de cada artista y de la historia que hay detrás de cada creación. La ruta es circular, es decir, puede iniciarse tanto desde Moraira como desde Teulada.

            A modo de ejemplo, Learning to fly, de Coderch & Malavia, está en la Plaça dels Porxes y representa la figura de Ícaro, el símbolo de la temática juvenil de la rebeldía hacia la sociedad en la que vivimos. Pero, al mismo tiempo, también simboliza la curiosidad innata de la juventud. En la entrada al Auditori está ubicada Together, de Lorenzo Quinn, hecha con acero inoxidable. Una obra nacida a raíz de la pandemia y en la que el autor expresa el anhelo por el contacto humano a través de dos manos entrelazadas. Representa la esperanza del reencuentro de la humanidad, de apoyarse mutuamente y continuar viviendo en unidad.

            Y una tercera, y última, de regalo. En la Plaça de la Constitució, frente al ayuntamiento, está El zulo, hecha en bronce, de Víctor Ochoa. El propio autor comenta que “lo que realmente subyace en esta figura es la pretendida dignidad o humanidad con que todos hacemos frente a los dramáticos desvaríos de nuestra existencia”.

            Si quieren conocer el resto de piezas de la ruta escultórica de Teulada Moraira, ya saben. No hay más que darse un paseo para detenerse y mirar con otros ojos.

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