Albacete presume de alma mediterránea durante una jornada de promoción en la Marina Alta
Recorrer un lugar a través de su cocina es siempre un placer. Más todavía si se miman el paladar y los sentidos con explicaciones sobre el origen de los productos y la elaboración de los platos. Porque la gastronomía es mucho más que mesa y mantel. Y si el paladar es agradecido, el conocimiento ayuda a apreciar todavía más aquello que nos hace disfrutar. Sucede algo así como con un potenciador de sabores. Aunque el martes, en Els Magazinos, no era necesario buscar ninguna fórmula para estimular las papilas gustativas. Hasta allí se desplazó un pedazo de Albacete para sumergir a un centenar de personas en un trocito de Castilla-La Mancha que presume de alma mediterránea.

¿Por qué Dénia? Porque tal vez tiene más cosas en común de las que muchos se imaginan. Una de ellas, la pasión por el producto y la hospitalidad, como se remarcó en la acción promocional que organizaron el Ayuntamiento de Albacete y de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (APEHT) en la Marina Alta. Su objetivo no es otro que consolidar la ciudad como un destino con “sabor de interior y alma mediterránea” que merece la pena visitar durante todo el año. En ella participaron representantes del sector turístico, la hostelería, las instituciones, asociaciones de extranjeros residentes en Dénia y la comarca y medios de comunicación, que fueron recibidos con un original paseo por el bosque. Porque, aunque haya quien lo ponga en duda, Albacete tiene boque.
La ciudad castellanomanchega apuesta por el potencial de su cocina como seña de identidad y atractivo turístico
Fue un paseo entre brumas, aceitunas, musgos y champiñones que invitaban a realizar dos atractivas mesas preparadas a la entrada del restaurante Les Cuinetes. Una bienvenida con una divertida explosión de aceituna picual acompañada de unos delicados champiñones crujientes con higadillo de pollo. Mediterráneo y otoño, reflejos de cocina de temporada y de proximidad con los que se daba paso a los discursos y al almuerzo.


De producto local y de gastronomía diferenciada como patrimonio a preservar habló el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, quien dio la bienvenida a los albaceteños. También los anfitriones tenían algo de que presumir. El alcalde destacó la buena acogida que la ciudad siempre ha dado a las familias castellanomanchegas que han hecho de éste su lugar de residencia. Alardeó además de ser Ciudad Creativa de la Gastronomía por la UNESCO e invitó a los asistentes a disfrutar de ese trocito de Albacete que se les ponía en la mesa.

La gastronomía, indicó la concejala de Turismo albaceteña, Rosa González, es seña de identidad y, en su caso, no solo se nutre de queso manchego. También de otros platos, que van más allá del atascaburras o la casquería y que distinguen una cocina que combina raíces y creatividad contemporánea.

La representante de Albacete incidió en el potencial que tiene para convertirse en destino turístico en sí mismo una ciudad que ha sido cruce de caminos y lugar de paso para llegar a la playa. Una ciudad de Castilla-La Macha que se distingue de las demás ciudades castellanomanchegas “porque siempre ha mirado al mar”, subrayó la concejala de Turismo.





Y con el mar a pocos metros de allí, se iniciaba el desfile de platos y la sinfonía de sabores que, por unos momentos, trasladarían a los comensales a tierras de interior. Las primeras notas las pondrían los quesos manchegos de Julián Olivas, que daban entrada a una melodía de aromas, combinaciones y texturas que invitaban a comerse Albacete. Los culpables fueron las setas mantecadas en su escabeche y huevo a baja temperatura del restaurante La Bonita, el blini manchego de atascaburras del restaurante Cuerda, la versión de la trucha a la serrana del restaurante Marlo, el carré de cordero manchego y huesos rotos del restaurante Dallas y el postre de almendra, azafrán y chocolate que elaboró la pastelería La Nueva Estrella. Todo ello, regado con vinos de Villarrobledo y, como se dijo de forma reiterada, con alma mediterránea.








