ENRIQUE MOLL BRIONES (*)
Hace tres años, nuestro territorio sufrió una de las catástrofes más grandes que recordamos los pegolinos y pegolinas desde hace décadas: el incendio que se originó en el pueblo vecino de la Vall d’Ebo y que afectó también parte de su término municipal y de otros como el de la Vall de Gallinera, la Vall d’Alcalà, entre otros. En total, 12.150 hectáreas destruidas por el fuego.
Es un tormento, el de los incendios, que verano tras verano sufrimos en nuestra península. De hecho, hoy mismo, día mundial de la prevención de incendios, hay fuegos activos en León, Cáceres, Ourense o Zamora. Fuegos que, algunos de ellos, han costado vidas. Y en nuestro territorio estamos en alerta roja por riesgo extremo de incendios debido a las altas temperaturas.
Es en estos casos de crisis cuando se puede comprobar la implicación de los responsables políticos. Diversos titulares hemos podido leer en las noticias en los últimos días respecto a las actuaciones de los máximos responsables de las comunidades autónomas que ahora sufren la violencia de las llamas. Por momentos parece que es más importante echarse las culpas unos a otros, y los otros a los unos, que trabajar de la mano para acabar con estas tragedias que afectan a sus vecinos y vecinas.
Los incendios de hoy y la actuación de los responsables me hacen recordar —hoy más que nunca— la profesionalidad con la que actuaron muchos de los que en 2022 tenían la responsabilidad. Alrededor de la 1 de la madrugada de aquella fatídica noche, el jefe de la Policía Local me notificó que se había producido un incendio en el término municipal de la Vall d’Ebo y que parecía algo muy serio. Rápidamente me puse en contacto con los concejales que estaban en Pego y alrededor de las 2 de la madrugada ya estábamos en el PMA que se instaló en la Vall d’Ebo. Allí ya trabajaban al frente de la coordinación José María Ángel —en aquel momento secretario autonómico de Emergencias por el PSPV— y Javier Sendra —diputado de Emergencias por el Partido Popular—. Además, el resto de compañeros del equipo de gobierno interrumpieron sus vacaciones —que para algunos están sobrevaloradas— y al día siguiente ya estaban en Pego coordinando acciones de ayuda para los afectados.
Durante los 10 días que el fuego azotó nuestras montañas, las figuras de José María Ángel y de Javier Sendra estuvieron presentes. De hecho, el primero priorizó la información. En todo momento los responsables de los municipios afectados —fueran del signo político que fueran— estuvieron presentes en las reuniones del CECOPI recibiendo la misma información actualizada en el mismo momento que, por ejemplo, los máximos responsables de la política autonómica de aquel entonces, el presidente Ximo Puig y la consellera Gabriela Bravo.
Puedo afirmar que el trabajo de José María Ángel fue enorme, siempre presente para intentar ayudar en todo lo que necesitáramos los pueblos afectados. Y lo hizo sin llamar la atención, sin alzar la voz, sin estridencias, sin malos comentarios, intentando siempre sumar.
Esa es la imagen que los y las afectadas quieren ver de los políticos en estas situaciones de extrema crisis, esa es la línea a seguir que muchos y muchas deberían seguir en estos momentos.
(*) ALCALDE DE PEGO Y SECRETARIO GENERAL DEL PSPV PEGOLINO