Nos encontramos ante un hombre de mar que ha compaginado junto a la pesca otras actividades como la política local llegando a ser, en la legislatura de 1995 a 1999, concejal con la atribución de delegado del puerto.
Este hombre al que vemos cotidianamente en Duanes, por las mañanas, moviéndose entre pescadores, cajas de pesca, en la lonja… nació en 1945 asistiendo a la escuela que llevaban las monjas y posteriormente a las clases de D. Domingo Roig y luego a las de D. Tomás Ripoll.
La escolarización en los años que le tocó formarse era precaria y las situaciones familiares necesitaban de las manos de todos los miembros de la familia. Vicente a los 14 años participó en la pesca de cerco; a los 15 en una empresa de artesanía que hacía muebles metálicos. En 1965, con 20 años marcha a realizar el servicio militar estando un año en Cartagena y otro en Xàbia como asistente del comandante de Dénia. A partir de 1967 comienza su verdadera implicación con el mundo marinero y en 1970 logra el título de patrón de barco en Alicante. En 1971 Amadeo Ros le hace un barquito de 8 metros. Sus faenas en ese momento están en la pesca de cerco.
En 1973 se casa con María Azorín Agulles con quien tiene cuatro hijos (dos hijos vinculados a la mar y dos hijas). Su actividad en la modalidad de cerco hace que su capacidad para dormir esté mermada. Aun hoy el sueño es discontinuo y no lo puede conciliar como sería de desear y es que el tipo de pesca promueve aptitudes negativas en relación al dormir. En este contexto, lo que ya hemos señalado con otros pescadores también aparece en Vicente. Es la intranquilidad de su esposa cuando él va a la mar. Me dice: las mujeres padecen mucho. Me cuenta que en 1971 iba en un barco de luces que por la cantidad de pesca se llenó de boquerón (32 granos el kilo) y del peso, el barco se hundió. Llevaba 230 cajas conteniendo cada caja 18 kilos de boquerón. Se vendieron a 750 pesetas la caja. Pero ese día el peligro acechó aunque fue sólo el barco el que sufrió el percance.
Ha pertenecido al cabildo de la cofradía 16 años, junto a presidentes como Bautista Santacreu, su hermano Miguel Mata y Moisés Erades. Pero como decimos, el sueño y el estrés acumulado en muchos años le pasaron factura cuando tenía 57 años, sufriendo un infarto del que afortunadamente salió, pero a causa de ello se jubiló.
Si la jubilación es el momento de parar, descansar y percibir los beneficios de una sociedad a la que le has dedicado tu vida, esfuerzo y trabajo y los mejores años de la existencia, también es el momento de hacer partícipes a los demás de la experiencia acumulada que tienes. Los consejos de ancianos de los griegos eran un patrimonio necesario para que la sociedad incrementara sus conocimientos con la experiencia de los mayores. Hoy, Vicente Mata sigue laborando porque la vida de la mar continúe. El hombre que es activo no se jubila de esa actividad nunca y Vicente Mata es activo por antonomasia.