La nueva subida de impuestos -tasa de alcantarillado y subida de la basura- que este equipo de gobierno nos ha preparado este año no puede explicarse lógicamente con la que está cayendo: crisis, paro y recesión económica. Tampoco puede explicarse si exigiéramos una gestión municipal eficaz y austera. No tiene ningún sentido que la única idea que se les ocurra para hacer frente a los gastos sea la subida de impuestos a cambio de nada. Y el ciudadano no observa ningún cambio en el funcionamiento del Ayuntamiento que sigue sin estar al servicio del que paga y la idea que subyace es que los ciudadanos pagan para que unos cuantos vivan bien y además se crean los dueños del cortijo.
Los impuestos en Dénia son, por ejemplo, muy superiores –en un 300 %- a los que se pagan en la ciudad de València, por poner un solo ejemplo.
La esperanza, dicen, es lo último que se pierde, pero no sé yo si aquí tenemos remedio.