El viaje programado por el Ayuntamiento de Dénia –mediante el programa Dinàmics- para visitar IKEA Murcia ha causado en las asociaciones de comerciantes de Dénia la natural sorpresa e indignación.
Independientemente de las bondades o deficiencias de la cadena multinacional sueca, no parece adecuado que con dinero y presencia pública se potencie y promocione una entidad –un negocio- privado. No es lo mismo que una entidad festera, pongamos por caso, organice entre sus afiliados este viaje, a que lo haga un organismo público que en todo caso debe velar por el buen funcionamiento económico de su ciudad o en todo caso por promocionar valores culturales, solidarios, etc. Si se hubiera programado una visita cultural no estaríamos hablando de esto.
Y encima la señora concejala dice que no pensaba que fuera a armarse este cirio. Éste es el problema que no se piensa suficientemente y que cada concejal va a su bola sin un proyecto claro ni de ciudad, ni de política, ni de nada. Y algunos confunden la gestión pública con la gestión fallera. Y claro no es lo mismo ni parecido. Aunque en Dénia ha sido así casi siempre.