
El problema principal de Alarte es que es un perdedor -¡vaya!- que ha perdido las últimas elecciones por goleada y nada menos que contra Camps. Y aunque parece tener el apoyo de Rubalcaba y de Ferraz, sus apoyos son del aparato puro y duro. Y el problema principal de un buen candidato como Puig es que tiene clavadas las garras de Lerma y Císcar -los dos dirigentes más nefastos del socialismo valenciano- que no le dejan dar una imagen de renovación.
Mientras los compañeros no hagan una autocrítica sobre su manera de actuar en el poder y busquen alternativas muy diferentes a las que ahora tienen, da igual quien gane: será carne de cañón en las elecciones valencianas







