Malditos sean los que se gastan nuestro dinero, el dinero público, en salvar a los bancos de la crisis que ellos mismos han creado y abandonan a su suerte a los ciudadanos.
Malditos sean los que se gastan nuestro dinero, el dinero público, en salvar los negocios ruinosos de las autopistas y abandonan a su suerte a los desempleados.
Malditos sean los que nos despojan de la sanidad pública para favorecer los negocios privados de sus amigos.
Malditos sean los que te quitan el trabajo, la casa y la comida para lanzarte al vacío de la marginación y de la exclusión social sin darte ninguna oportunidad.
¡Malditos sean los asesinos que se han llevado a Jaume, compañero!