Cuando era joven e indocumentado, y con toda la fuerza de la ilusión por cambiar las cosas, en tiempos de la dictadura franquista -los amigos de Hitler y Mussolini-, recuerdo muchos de los debates y conversaciones que teníamos con otros jóvenes y adultos sobre los regímenes políticos que existían en el mundo, con todos los -ismos habidos y por haber. Eran los tiempos de la guerra fría y de la lucha de bloques.
Siempre había alguien bien intencionado que nos decía lo malo que era el comunismo porque te lo quitaban todo. Te dejaban sin propiedad privada, sin casa, sin dinero en el banco. No respetaban tu individualidad.
Ahora va y resulta que los comunistas no nos han quitado nada y que los que se quedan con todo son los capitalistas, los bancos, el estado que dicen liberal y los políticos al servicio de la oligarquía.
¡Joder con los profetas!