Este año 2013 lo cerraremos con la salida de 700.000 españoles a trabajar en el extranjero. La mayoría, como ya saben ustedes, jóvenes y con buena formación. Es el resultado de la política de Rajoy y Zapatero, a las órdenes de Merkel, que no sólo cambiaron la Constitución con nocturnidad y alevosía, sin ninguna consulta a los ciudadanos, sino que además están a las órdenes de los intereses económicos de la oligarquía financiera y, por tanto, en contra de los ciudadanos corrientes.
Este disparate, equiparable por sus consecuencias culturales y económicas, al desatino de la expulsión de los judíos por parte de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, nos pasará factura sin ninguna duda para el futuro.
Por cierto, ahora que volvemos a ser un país de emigrantes, algunos de los que vomitaban bilis contra los emigrados que vinieron a España, ¿no tienen nada que decir?