La litiasis urinaria, conocida como piedras en el riñón, se caracteriza por la formación de cálculos en el tracto urinario. Estos cálculos pueden formarse en los riñones, los uréteres o la vejiga y su tamaño puede variar desde pequeños cristales hasta piedras de mayor volumen que pueden llegar a obstruir el flujo urinario y causar dolor intenso.
El Dr. José Cánovas, especialista en urología en el Hospital HLA San Carlos explica que, “la formación de piedras renales se debe a la acumulación de sustancias como el calcio, el oxalato, el ácido úrico y el fosfato, que pueden cristalizar en la orina”. “Uno de los factores que puede favorecer la aparición de cálculos”, añade, “es la ingesta insuficiente de líquidos. La deshidratación reduce la cantidad de orina y favorece la cristalización de minerales”. Otro factor es una dieta rica en sodio y proteínas animales que incrementan la excreción de calcio y ácido úrico en la orina, además de aspectos genéticos a la hora de padecer litiasis urinaria.
Los síntomas de la litiasis pueden variar según el tamaño y la ubicación del cálculo. Uno de los más característicos es el dolor intenso en la zona lumbar o abdominal, conocido como cólico nefrítico. También es común la presencia de sangre en la orina, denominada hematuria, así como la necesidad frecuente y urgente de orinar. Algunas personas experimentan dolor o ardor al orinar, acompañado en ciertos casos de náuseas y vómitos, especialmente cuando el cálculo obstruye el flujo urinario.
Para el diagnóstico de los cálculos renales se recurre a diversas pruebas en función de los síntomas y el paciente. Un simple análisis de orina puede detectar la presencia de sangre, cristales o infecciones. Otra prueba frecuente es la ecografía renal, una técnica no invasiva que facilita la visualización. Sin embargo, la tomografía computarizada es considerada como la más precisa para localizar y medir el tamaño de las piedras y también se realiza en pacientes con síntomas de litiasis urinarias. Por último, la radiografía de abdomen puede también ser útil para detectar ciertos cálculos.
El Dr. Cánovas explica que “el tratamiento de la litiasis urinaria depende del tamaño y la composición del cálculo. En muchos casos una adecuada hidratación acompañada de analgésicos permite que los cálculos pequeños sean eliminados de manera natural”. Ahora bien, en situaciones donde las piedras son más grandes o causan obstrucción, pueden requerirse procedimientos específicos. Uno de estos tratamientos es la litotricia extracorpórea por ondas de choque, una técnica no invasiva que fragmenta los cálculos para facilitar su eliminación posterior. La ureteroscopia es otro procedimiento utilizado para extraer o fragmentar las piedras a través de un endoscopio. En algunos casos, la cirugía percutánea puede ser necesaria para los cálculos de mayor tamaño. Ante escenarios recurrentes, es fundamental realizar modificaciones en la dieta y, en algunos pacientes, el uso de medicación para prevenir la formación de nuevos cálculos, según Cánovas.
Mantener una adecuada hidratación es fundamental y se recomienda beber al menos dos o tres litros de agua al día. También reducir el consumo de sodio y proteínas animales, ya que pueden favorecer la formación de cálculos. La incorporación de frutas y verduras ricas en citratos, como los cítricos, ayuda a prevenir la cristalización de minerales en la orina. Asimismo, es conveniente moderar la ingesta de alimentos en oxalato, como las espinacas, la remolacha, el chocolate y los frutos secos, para minimizar el riesgo de formación de piedras renales.
“La litiasis urinaria es una condición frecuente que puede causar dolor intenso y complicaciones si no se trata adecuadamente. Un diagnóstico temprano, junto con cambios en el estilo de vida y la alimentación, puede prevenir la recurrencia de cálculos y mejorar la calidad de vida al paciente”, comenta el especialista del hospital dianense.