La Marina Alta necesita urgentemente un plan. Volverán las oscuras constructoras en tu balcón sus andamios a colgar, dicen los medios, pero no podemos seguir viviendo de la edificación de nueva construcción.
Si bien es cierto que solo con la rehabilitación no comemos, no lo es menos que no podemos seguir viviendo de lo ficticio, de las viviendas vacías, de la oferta sin la demanda.
Hay que sentarse, debatir, dejar aconsejar a los expertos y decidir qué vamos a ser de mayores, de qué vamos a vivir. De lo contrario, vuelta la burra al ladrillo y a la dureza de la crisis que deriva del mismo.
¿Vamos a tropezar dos veces con el mismo bloque de hormigón?
(*) Periodista.