Lo que parece un callejón estrecho en el corazón del casco antiguo se ha convertido, de la noche a la mañana, en una parada obligatoria para los amantes del arte.
El graffitero dianense Tardor Roselló ha vuelto a dejar su impronta con una obra en la calle San Roc que sorprende a los viandantes por su ubicación y detalle. El artista, que ya cuenta con murales en ciudades como Dresde (Alemania) o Bombay (India), sigue apostando por su tierra natal. Esta nueva intervención, con un coste de 1.800 euros, es una pieza clave en el engranaje del Museu d’Art Urbà.
Guillermo Sendra, responsable del área de Cultura, ha destacado que contar con un artista de la talla de Tardor —premiado internacionalmente por la web especializada en arte urbano Street Art Cities— “supone un salto cualitativo para el atractivo turístico y cultural del centro histórico”.
Tardor ya cuenta con otra obra de gran impacto visual, Un regalo para mi, que pintó hace poco más de un año en una de las fachadas del Ayuntamiento y que no cesa de despertar el asombro de los viandantes.







