El concejal y portavoz de Gent de Dénia, Mario Vidal, ofreció una rueda de prensa para criticar la gestión del gobierno municipal, asegurando que la incapacidad de aprobar los presupuestos a tiempo durante más de una década no es un mero detalle técnico, sino una señal de que Dénia «no puede planificar, no puede ejecutar proyectos a tiempo y frena la economía local». Subrayó que, sin unos presupuestos aprobados en plazo, la ciudadanía se ve obligada a funcionar «a medio gas» y es el vecino quien paga las consecuencias.
Vidal lamentó el incremento constante de las cargas impositivas para los ciudadanos a pesar de mantener los mismos servicios, o incluso peores. Puso como ejemplo la subida de la tasa de basura, que no se ha traducido en una ciudad más limpia, y la inminente subida del agua, manteniendo a Dénia como una de las poblaciones con el servicio más caro de la comarca. A esto sumó la problemática de la gestión urbanística, evidenciada en la estación de autobuses, que tras siete años sigue siendo provisional, sin que se hayan materializado mejoras a pesar de las propuestas de su grupo.
La falta de aparcamientos fue otro de los puntos centrales de su intervención. El concejal denunció que las pocas zonas de estacionamiento habilitadas se encuentran en terrenos que no son de propiedad municipal y, en algunos casos, se pierde espacio en lugar de ganarlo. En cuanto a los servicios públicos, criticó la lentitud para la licitación de tan solo seis plazas de taxi, un servicio que, a su juicio, requeriría al menos veinte para atender la demanda. Sobre la reciente licitación del Bus Dénia, Gent de Dénia se abstuvo, señalando que el proyecto es un «copia-pega del primer estudio del año 2020» y que no se ha tenido en cuenta su propuesta de una línea central para descongestionar el tráfico y reactivar el comercio. 
Respecto al ámbito de la vivienda, el portavoz de Gent de Dénia recordó que propusieron buscar y gestionar las viviendas del Sareb para aliviar el problema, que está especialmente agravado en la ciudad, pero que el gobierno municipal no ha actuado ni ha tomado las medidas adecuadas. Además, censuró que Dénia no está cuidada ni planificada como una ciudad turística de referencia, a pesar de vivir de ello. Como ejemplo de esta dejadez, mencionó que, tras una visita en 2024, se detectó la falta de 165 placas de información de calles y que, dos años después, solo se prevé la sustitución de diez, sin incluir la funcionalidad de código QR que propusieron para las vías más emblemáticas. También hizo hincapié en el deterioro visible de las aceras y la falta de servicios en la playa de perros, donde ni siquiera hay papeleras para depositar los excrementos.
Una de las grandes reivindicaciones de Gent de Dénia es la necesidad «obligatoria» de una segunda residencia para personas mayores, ya que la actual solo cuenta con noventa plazas. Vidal acusó al equipo de gobierno de haber perdido los fondos para este proyecto debido a una «mala gestión», comprometiéndose a impulsarla si llegasen a tener responsabilidades de gobierno. Asimismo, mostró su preocupación por el deterioro de la seguridad, mencionando incidentes con viviendas abandonadas que se derrumban y son ocupadas. Finalmente, el concejal señaló que a Dénia, como capital comarcal, le faltan servicios básicos como un buen centro comercial, un auditorio y unas comunicaciones adecuadas con Valencia y Alicante, concluyendo que la ciudad necesita «ambición, cultura, ciudad y futuro». Pese a las críticas, Vidal cerró la rueda de prensa deseando que la relación con el equipo de gobierno mejore, sea más fluida y centre sus decisiones en el bienestar de la ciudadanía.
